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www.medjugorje.ws » Eco de Maria Reina de la Paz » Eco de Maria Reina de la Paz 205 (Majo-Agosto 2009)

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“Mi corazón se ha partido,
y su flor ha aparecido.
La gracia ha germinado
y trajo frutos para el Señor”
(odas de Salomon XI)
Mensaje del 25 de marzo de 2009
“¡Queridos hijos! En este tiempo de
primavera, cuando todo se despierta del
sueño invernal, despertad también vues-
tras almas con la oración para que estéis
dispuestos a recibir la luz de Jesús resuci-
tado. Que El, hijos mios, os acerque a su
Corazón para que podáis estar abiertos a
la vida eterna. Oro por vosotros e interce-
do ante el Altísimo por vuestra sincera
conversión. ¡Gracias por haber respondi-
do a mi llamada!”
¡Despertad vuestras almas!
Tambien hoy, como a menudo en el
pasado, Maria hace una alusión al inicio de
la primavera. Aún siendo esperada la llegada
de esta bella estación del año, siempre trae
consigo algo de inesperado, casi como una
esperanza nueva, una nueva vida. El desper-
tar de la naturaleza señala también el desper-
tar de nuestro cuerpo, y esto no debe sor-
prendernos porque también nosotros somos
parte de la naturaleza, y en este tiempo de
primavera todo se despierta del sueño del
invierno.
Todo reflorece y todo comienza de
nuevo.
Maria, a menudo en Sus mensajes, nos
dice “en este tiempo de gracia”; y hoy nos
dice “en este tiempo de primavera”; pero
las dos expresiones se equivalen porque
Maria no se fija en el aspecto físico del des-
pertar primaveral, que tambien en si mismo
es fruto de gracia divina, sino que entra
directa en el corazón de ese verdadero des-
pertar, el despertar del alma. Despertad
también vuestras almas.
Este es el verda-
dero despertar para el hombre; sin este des-
pertar, todo bienestar físico es efímero, todo
“brote” está destinado a perecer antes de que
florezca, caduca toda espera, y pierde toda
esperanza. Despertad también vuestras
almas con la oración.
A la invitación le
sigue de inmediato la sugerencia: la oración
como medio, como instrumento del desper-
tar del alma. Sólos, no podemos hacerlo. No
podemos despertar el alma con fórmulas o
con ejercicios o con cualquier otro remedio
de la ciencia o de la tecnica o de la filosofia;
cierto es que hay actitudes y condiciones
que favorecen la oración y éstas deben ser
buscadas e incluso pueden crear el clima
idóneo para ella, pero no pueden generarla.
La oración es don de Dios asegurado para
todo aquel que lo desea de verdad. La oración
es la humilde escucha de El, petición a El
para estar junto a El, en comunión con El. La
oración es un encuentro de amor entre el
hombre y su Creador y debe ser vivido como
tal, cualquiera sea la forma con que se expre-
se. La oración es el abandono a Su acción de
gracia, humilde pero firme confianza en el
Amor. Despertad también vuestras almas
con la oración para que estéis dispuestos a
recibir la luz de Jesús resucitado.
Precisamente la oración debe preparar el
alma a recibir la luz del Resucitado. Y es en
esta luz que nosotros vemos la luz (cfr Sal 36
(35) 10) y es luz verdadera, que viniendo a
este mundo, ilumina a todo hombre
(Jn 1, 9).
Esa luz que nos permite no solo vislumbrar,
sino ver, no solo advertir sino comprender.
Esa luz que es revelación, que es sabiduría,
que es guía a la Vida, como la estrella que ha
guiado a los Magos. Esa luz que ilumina a los
que están sentados en tinieblas y sombras de
muerte, para enderezar nuestros pies por el
camino de la paz
(cfr Lc 1,79). Esa luz que
permite ver más allá de la muerte, esperar la
Vida más allá de la vida y y reconocer al
Todopoderoso en la Cruz. Esa luz que es
Epifanía de El siempre y de todos modos. Esa
luz que el centinela espera para anunciar el
fin de la noche (cfr. Is 21,11) . Y nosotros
sabemos que la noche ya pasó, que el nuevo
dia ya llegó en Cristo resucitado. Es El - nos
dice Maria- quien nos acerca a su Corazón
para que podamos estar abiertos a la vida
eterna.
Gracias. Madre, por estas palabras de
esperanza, gracias por Tu intercesión ante
el Altísimo,
implorante por nuestra sincera
conversión.
Nosotros sabemos, por el testi-
monio de numerosos grandes Santos, que
ninguno de los que recurren a Tu ayuda que-
dan desilusionados
y sobre esta certeza nos
encomendamos por completo a Ti. Todos
nosotros nos ponemos en Tus manos, oh
Maria: haznos don para el Padre y fruto de
Amor para los hermanos. Ave, Maria! Ave,
Maria!
Nuccio Quattrocchi
Mensaje del 25 de abril de 2009
“¡Queridos hijos! Hoy os invito a
todos a orar por la paz y a testimoniarla
en vuestras familias, a fin de que la paz se
convierta en el tesoro más grande en este
mundo sin paz. Yo soy vuestra Reina de la
Paz y vuestra Madre. Deseo conduciros
por el camino de la paz que solamente
proviene de Dios. Por eso, orad, orad,
orad. ¡Gracias por haber respondido a mi
llamada!”
¡Orad todos por la paz!
Solemos llamar paz a la ausencia de gue-
rra y por guerra entendemos generalmente
todo conflicto armado, pero éstas son defini-
ciones aproximadas, que se detienen en las
consecuencias, sin averiguar la causa prime-
ra, el origen que reside en la relación con
Dios. Sin embargo, todo cristiano debería
saber que paz significa comunión con Dios
en Jesucristo,
dón del Espíritu Santo y libre
aceptación nuestra. Es Jesucristo nuestra
Paz (Ef 2,14a) y en El podemos hallarla, y
en El debemos buscarla, y sin El solo tendre-
mos división y guerra. Sólo la aceptación
plena de Jesús en nuestra alma, en nuestra
vida, generará paz en nosotros, en nuestro
entorno, en lo que hagamos y en lo que
toquemos.
Maria nos dice: hoy os invito a todos a
orar por la paz y a testimoniarla en vues-
tras familias, a fin de que la paz se con-
vierta en el tesoro más grande en este
mundo sin paz.
Es una invitación insisten-
te, urgente y premurosa: todos debemos
orar por la paz.
Todos debemos implorar a
Dios por la Paz, por Su Paz: que ésta baje
sobre cada uno de nosotros con toda pleni-
tud hasta que nos permita vivir en Cristo
Jesús, porque si El no vive en nosotros,
podremos sólo hablar de El, pero sin ser
nunca testigos auténticos Suyos.
Podremos hablar de paz, pero nunca
seremos expresión viva, testigos de paz en
nuestras familias
y esta tierra seguirá
vivendo sin paz, le faltará el tesoro más
grande.
Sólo la vida en Jesús nos lleva a la
comunión con Dios Padre y portanto a la paz
verdadera (Jn 14, 23-27). “Así que(Jesús)
estuvo cerca, al ver la ciudad (Jerusalén),
lloró sobre ella , diciendo: ¡Si almenos en
este dia conocieras lo que hace a la paz
tuya! Pero ahora está oculto a tus
ojos.Porque dias vendrán sobre ti y te rode-
arán de trincheras tus enemigos, y te cerca-
rán, y te estrecharán por todas partes, y te
abatirán al suelo a ti y a los hijos que tienes
dentro, y no dejarán en ti piedra sobre pie-
dra por no haber conocido el tiempo de tu
visitación. “
(Lc 19, 41-44). Y Maria no se
rinde, aún desea conducirnos por el cami-
no de la paz que solamente proviene de
Dios.
Si la paz es comunión con Dios en
Cristo Jesús, el camino de la paz es el que
conduce a esta comunión, hasta que poda-
Mayo - agosto de 2009 - Editado: por Eco di Maria, Via Cremona, 28 - 46100 Mantova (Italia)
A. 25, N° 5 - 8; Esd. a. p. art. 2, com. 20/c, leg. 662/96 filiale di MN - Autor. tribun. MN: 8.11.86, ccp 14124226
205
QUERIDOS LECTORES, ESTA EDICION INCLUYE TAMBIEN LA DE JULIO-AGOSTO. ECO APARECERÁ DE NUEVO EN SEPTIEMBRE.
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mos decir como San Pablo: “ya no vivo yo,
es Cristo quien vive en mi.”
(Gal 2, 20a) y
Maria, Reina de la Paz y Madre nuestra,
nos ayudará precisamente a obtener esto, si
nos dejamos guiar por Ella. Por esto, orad,
orad, orad;
la oración es nuestra respuesta
positiva a Su deseo de guiarnos por el cami-
no de la paz, y si perseveramos, hallaremos
a Dios en nuestro corazón y toda la vida, la
nuestra y la del que nos acompaña, cambia-
rá, será una vida nueva.
El 25 de marzo del 2008, Maria nos
reprendía diciendonos: “Aún en vuestro
corazón, estaís lejos del encuentro con Dios.
Por eso, transcurrid el mayor tiempo posible
en oración y en Adoración a Jesús en el
Santísimo Sacramento del Altar, para que El
os cambie y ponga en vuestro corazón una fe
viva y el deseo de la vida eterna”.
Transcurrir el mayor tiempo posible en ora-
ción
equivale a orar, orar, orar; orar siem-
pre, sin cansarse nunca (Lc 18,1), orar inin-
terrumpidamente (1 Ts 5,17) así como inin-
terrumpidamente respiramos, y como ininte-
rrumpidamente late nuestro corazón.
Aprendamos a respirar en Dios y no nos
cansaremos y no podremos alejarnos de El,
y nuestro corazón compartirá esos latidos
del Corazón de Jesús y viviremos en El, y
tendremos Paz.
N.Q.
L
AS
PIEDRAS VIVAS
”,
los cristianos de Tierra Santa
Tras el eco de los medios de comunica-
ción sobre la situación en Tierra Santa, y
tras las numerosas noticias que dia tras dia
se dan sobre los hechos politicos y bélicos
de Tierra Santa, he sentido el deseo de pal-
par la Tierra que dió vida a los primeros
cristianos y que desde allí han propagado la
fé en Jesucristo.
El viaje inició precisamente desde la
casa de Pedro, junto al lago Tiberíades,
donde los seguidores de Jesús se reunían
para hacer comunión y alimentarse de la
Palabra de Dios. Desde allí, recorriendo de
nuevo la vida de Jesús entre Palestina e
Israel, no fue fácil imaginarse como eran las
ciudades, los pueblos, las casas... porque en
realidad todo ha sido ya transformado por
siglos de historia. Es mas, el riesgo esta pre-
cisamente en la desorientación y hasta en la
desilusión que puede crearse en lugares
como el Santo Sepulcro, la Gruta de la
Natividad y muchos otros.
Después de dosmil años, sin embar-
go,las únicas piedras que permanecen en
pie
son “las piedras vivas”, los cristianos de
Tierra Santa. Es precisamente de ellos que
pude asimilar la actualidad del mensaje cris-
tiano proclamado en tiempo pasado. De
hecho no fueron los lugares los que me
hicieron vivir la fe sino sus habitantes, que
la han encarnado y que cotidianamente la
viven.
He experimentado su extraordinaria
hospitalidad, la lógica evangélica de la no-
violencia que los cristianos viven a diario en
los mas de 600 puntos de control que divi-
den sus entornos personales y familiares.
A pesar de que desde tiempos de Jesús la
vocación de los cristianos ha sido la del
“pequeño rebaño”, la tragedia de su crecien-
te emigración a causa de la ocupación mili-
tar y de la crisis económica ha reducido a los
cristianos al 2% de toda la poblacion.
De manera especial entre los palestinos,
que viven una vida extrangulada por el sis-
tema de permisos y restricciones militares,
expropiada como su tierra natal, amurallada
en vivo por ese muro del apartheid, ilegal e
inmoral que ha sido construido a lo largo de
mas de 700 kms, no sobre los limites de la
Linea Verde de 1967, sino en su gran mayo-
ria dentro del territorio palestino para robar-
les terreno, manantiales de agua y demás
recursos.
Los sacerdotes tienen problemas en
obtener visados de las autoridades milita-
res israelitas.
Tratados casi como terroris-
tas, no pueden abandonar las parroquias
para ir al Patriarcado en Jerusalén o para
orar en los santos lugares y a veces estan
años sin poder visitar a sus padres ( ni a
veces para asistir a sus funerales), por el
riesgo que se les niegue su regreso.
Los cristianos esperan con impacien-
cia la visita del “Saidna” (Santo Padre) a
primeros de mayo próximo, para que pueda
palpar la depresión, la humillación y la
opresión que los cristianos (concentrados
mayoritariamente en territorio palestino)
viven desde decenios sobretodo en los terri-
torios ocupados. A muchos cristianos no se
les concederá el permiso de ir al encuentro
del Santo Padre, como tampoco lo tendrán
para ir a orar a Belén o a Jerusalén.
La fe de nuestros hermanos cristianos
esta siendo probada por penas indescrip-
tibles, y sufre por la desesperacion de una
vida sin dignidad y sin horizontes de paz.
Cada viernes, desde el 1 de marzo de
2004, hay monjas, sacerdotes y laicos que
rezan el rosario bajo el muro que divide
Belén de Jerusalén, invocando el don de la
paz. Unámonos a esta oración con Maria
Reina de la Paz.
Alessandro Macinai
JERUSALÉN:
Acceso al Santo Sepulcro
prohibido a los cristianos
En la vigilia de la Pascua ortodoxa,
Israel ha impedido a los cristianos de
Jerusalén acceder libremente a la iglesia del
Santo Sepulcro y a la Ciudad Vieja.
En el dia anterior a la Pascua ortodoxa, en
la iglesia del Santo Sepulcro sucede el cono-
cido “milagro de la bajada del Fuego Santo”,
atestiguado documentalmente desde el año
1106. El Fuego viene luego llevado a varios
Paises, donde es recibido con todos los hono-
res. Por quinto año consecutivo, las fuerzas
armadas israelitas han posicionado algunos
check point (puestos de control) en el entorno
de la iglesia, no permitiendo de este modo a
los cristianos orar y seguir sus tradiciones.
“Es obvio que los palestinos del lugar, y
sobre todo los palestinos cristianos estan
siendo perseguidos” ha afirmado el Comité
Laico en Tierra Santa /Jerusalén Este en un
comunicado enviado a ZENIT.
En cambio, para la fiesta de Pesach, la
Pascua judía, Israel ha garantizado el pleno
acceso a los fieles judíos que deseaban llegar
a la Ciudad Santa, mientras que para los
palestinos cristianos no ha sido así.
“Jerusalén no debiera nunca ser gobernada
por una sola parte”, explica el texto. “Los
niños y los ancianos han sido humillados y
se les ha impedido celebrar este dia santo”.
“Hoy dia el precio que pagan los cristia-
nos de Jerusalén es alto, además se les invita
a que abandonen sus casas y los Santos
Lugares. Estas violaciones por parte del esta-
do israelita debieran de terminar” - declara el
Comité -”Las actitudes que toman contra los
cristianos palestinos son ilegales. Pidámos a
las embajadas, a los consulados, a las
Iglesias y a las organizaciones cristianas y a
las organizaciones para los derechos huma-
nos que intervengan de inmediato, para que
la libertad de religión y de culto en Jerusalén
esté garantizada a todos los fieles”.
(fuente: Zenit)
Sin sacrificio, no hay vida
“Una vida recta se basa también en el
sacrificio, en la renuncia. Quien prometa
una vida sin ese donarse uno mismo, engaña
a la gente. No existe una vida bien consegui-
da sin sacrificio. Si doy una ojeada retros-
pectiva a mi vida personal, debo deciros que
precisamente los momentos en los que dije
“sí” a una renuncia fueron los mas grandes e
importantes de mi vida...
También nosotros podemos lamentarnos
ante el Señor, como hizo Job, y presentarLe
todas nuestras preguntas que nos surgen
frente a tantas injusticias del mundo y a las
dificultades personales. Ante El no debemos
refugiarnos con frases pías, o en un mundo
ficticio. Orar significa también luchar con
Dios, y al igual que Jacob, Le diremos: “No
te dejaré, hasta que me hayas bendecido!”
(B. XVI bendiciendo la Cruz de la JMJ,
el domingo 5 de abril de 2009)
Dios nos hace diferentes
“¡Sí, queridos amigos! Dios es diferen-
te...¡Es más! Dios nos hace diferentes, nos
renueva. Esta es la promesa que El mismo
nos hace: “Yo voy a hacer nuevas todas las
cosas” (Ap 21,5). ¡Y es verdad! Nos lo dice
el apóstol San Pablo: “El que es de Cristo se
ha hecho criatura nueva, y lo viejo pasó, se
ha hecho nuevo. Mas todo esto viene de
Dios, que por Cristo nos ha reconciliado
consigo” (2 Cor 5, 17-18).
Habiendo subido al cielo y entrado en la
eternidad ,Jesucristo pasó a ser Señor de
todos los tiempos. Por tanto, puede ser tam-
bién nuestro compañero hoy dia, llevando
consigo el libro de nuestra vida en su mano:
esa mano que sostiene firmemente nuestro
pasado, con todas las fuentes y cimientos de
nuestro ser; que custodia tambien celosa-
mente el futuro, dejándonos vislumbrar el
amanecer más bello de nuestra vida que de
El irradia, que es la resurrección en Dios. El
futuro de la nueva humanidad está en Dios”.
(Angola, encuentro con los jóvenes en
el estadio dos Coqueiros, 21 de marzo de 2009)
P
ALABRA DEL
P
APA
B
ENEDICTO
XVI
El nuevo Pedro
en la tierra de Jesús
“A Jesús se va a través de Maria”. Y es
precismente en el mes de Mayo, mes dedica-
do a la Virgen Santísima, cuando el Papa
será huesped invitado en Palestina...
Tres Celebraciones Eucarísticas serán los
momentos más importantes de la peregrina-
ción: en Jerusalén, en el valle de Josaphat, en
Belén, y luego en Nazareth, en el monte del
Precipicio. La oración por la Paz y por la uni-
dad en Tierra Santa y en el mundo entero es
el objetivo de su viaje. Oración intensa, des-
pues, en el Cenáculo y en el Santo Sepulcro
y más tarde tendrán lugar los encuentros con
las autoridades politicas y religiosas.
red.
2
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“Mujeres, ¡El Dios vivo
ha apostado por vosotras!
“A las mujeres Dios les ha confiado las
fuentes de la vida: ¡Vivid y apostad por la
vida, porque el Dios vivo ha apostado por
vosotras!” exclama con fervor el Santo Padre
dirigiéndose a las mujeres en tierras africa-
nas. En su reciente viaje a Uganda y Angola,
Benedicto XVI se ha literalmente sumergido
en esa humanidad tan vibrante y viva, capaz
hasta de transformar las situaciones de mise-
ria en ocasiones de gozo y de fiesta.
No se cansa nunca uno de hablar de
las mujeres y a las mujeres, porque grande
es su valor. Igualmente grande es también su
sufrimiento. A veces sin limites, como el de
las niñas, de las jovenes y de las mujeres que
habitan en paises con marcadas culturas
machistas, desde Africa hasta la China
pasando por Irán y Afganistán, solo por
poner unos ejemplos. Pero los abusos, la
violencia, las injusticias, la explotación,
escondida o manifiesta, son desgraciada-
mente herencia común de millones de muje-
res de nuestro planeta. La mujer sufre y
paga su “genio femenino”.
“Exorto a todos a una efectiva concien-
ciación de las condiciones desfavorables a
las que han sido sometidas - y siguen siendo-
lo todavía hoy - tantas mujeres, para que exa-
minemos en que medida el comportamiento
y las actitudes del hombre puedan ser la cau-
sa de su falta de sensibilidad y de responsabi-
lidad. ¡Los planes de Dios son distintos!”,
continua diciendo el Papa en su discurso.
En el plan de Dios, el hecho de ser
mujer, no supone estar penalizada. Es
más, en las Escrituras se dice que la obra del
Creador no se habría realizado si el hombre
se hubiera quedado solo. Porque, ¿Cómo
podria ser a imagen y semejanza de Dios
que es uno y trino, de Dios que es comu-
nión? Por esto Dios creo a la mujer y la dotó
de manera privilegiada, introduciendo en
ella el orden del amor, que no veía demasia-
do representado en la creación.”
“Debemos reconocer, afirmar y defen-
der la igual dignidad del hombre y de la
mujer: ¡Ambos son personas! Ambos
estan llamados a vivir en profunda comu-
nión, en un mutuo reconocimiento y ofreci-
miento de si mismos, trabajando juntos para
el bien común con las caracteristicas com-
plementarias de lo que compete al hombre y
lo que compete a la mujer.
¿Quién no siente hoy dia la necesidad de
dar mayor acogida a las “razones del cora-
zón”? En un mundo como el actual, domina-
do por la técnica, se siente necesidad de esta
complementariedad de la mujer, para que el
ser humano pueda vivir sin deshumanizarse
del todo.
“Ya no queda más vino” - dice Maria
a Jesús. “Así es como la conocemos de esas
bodas de Caná: como la Mujer benigna, lle-
na de prontitud y de coraje, la Mujer que se
percata de las necesidades de los demás, y
queriendo remediar, los lleva ante el Señor.
Junto a Ella, todos, hombres y mujeres,
podemos recuperar esa serenidad e íntima
confianza que nos hace sentir beatos en Dios
e incansables en la lucha por la vida” con-
cluye el Santo Padre.
Redacción
Catherine Ajok frecuentaba el séptimo
año de la escuela primaria cuando fue
secuestrada por los rebeldes del Ejercito de
Resistencia del Señor en su escuela en la
diócesis de Lira, Uganda. En total 139
jovencitas tuvieron que seguir a los secues-
tradores por el bosque. Arriesgando su vida,
la vicedirectora de la escuela, Sor Rachele
les sigue sus huellas, las alcanza y consigue
rescatar a 109 de ellas. Con las otras 30 no
se pudo hacer nada, los secuestradores se las
llevaron por el bosque, a pesar de suplicar-
les, de arrodillarse y de ofrecerse ella misma
a cambio.
Y así se consumió la tragedia de estas
chicas, prisioneras de los rebeldes, distribui-
das como esposas entre los varios comandan-
tes, madres de hijos no deseados, obligadas a
compartir la vida y los peligros de la guerri-
lla, acampando y moviendose por el bosque,
siendo participes de emboscadas, y ataques
contra el ejercito ugandés. Un acontecimien-
to de miedos, de sufrimientos, penurias y
sobretodo de violencia que se vive desde
hace años. Al final cuatro de las chicas mue-
ren. Otras consiguen escapar o son captura-
das durante los enfrentamientos entre rebel-
des y el ejército. Después de doce años, toda-
vía dos de ellas permanecen en el bosque.
Hace un año aproximadamente, des-
pués de Pascua, yo mismo pedí a una dele-
gada de los rebeldes que las liberaran. Me
respondieron diciendo que era poco menos
que imposible porque Myriam y Catherine
eran ya esposas de Joseph Kony, el jefe de
los rebeldes. Desde entonces no tuvimos
más noticias.
Hasta hace algunas semanas,cuando
Catherine de repente apareció saliendo de la
foresta del Congo, llevando consigo el niño
de apenas 21 meses que tuvo con Kony. Esta
chica que cuenta hoy con 25 años, fue captu-
rada junto a varios rebeldes en una embosca-
da del ejercito, y se fugó posteriormente,
hallándose sola en el bosque. Deambuló
durante casi un mes, comiendo hierbas y rai-
ces, esquivando milagrosamente todo tipo de
peligros, incluido un encuentro con un león.
Durante la Misa de agradecimiento por su
regreso, en el ofertorio, las ofrendas simbóli-
cas sobre el altar - cadenas cortadas, hierbas
y raices amargas - expresaban lo que queda-
ba claro a toda esa muchedumbre conmocio-
nada, que acababa de escuchar el Evangelio
de la resurrección de Lázaro.
También Catherine, al igual que
Lázaro, salió de la tumba tras doce años y
medio como prisionera, 4.887 largos dias de
sufrimiento y de violencia. Sí, en cierto
modo, ha resucitado, y ha sido devuelta a su
familia. Cuando parecía no haber más espe-
ranza, se le ofrece la posibilidad de una nue-
va vida. ¡Para Catherine y para su niño, hoy
es Pascua de verdad! La hemos celebrado,
hemos agradecido y alabado al Señor por el
milagro que en su amor misericordioso ha
querido realizar hoy entre nosotros. Y, a
pesar de todo, siento que aún falta algo...
Durante la celebración, he podido
contemplar varias veces a esta joven
mujer:
su rostro permanecía ralajado pero
como ausente, en una actitud casi indiferen-
te, reservada, como de alguien que está con
su fisico pero no con su mente: el rostro y la
mirada de Catherine no delataban emoción
alguna. La psicología, y el tambien el senti-
do común, nos dice que se trata de una per-
sona herida, con traumas profundos, que se
curarán con paciencia y tras largo tiempo.
Adiestrada a esconderse, a escapar, a defen-
derse o a atacar para sobrevivir, necesitará
años para relajarse y asumir otra actitud,
positiva y constructiva. Deberá aprender y
recomenzar a vivir nuevamente.
Como Lázaro, precisamente.
Resucitado, pero aún envuelto y encerrado
en sus bendas.
Por esto Jesús tuvo que decir
a sus amigos: “¡Desenvolvédle!”. ¡Sin su ayu-
da, él solo, se hubiera quedado como... una
momia viviente! La Resurrección es el mila-
gro que sólo Dios puede realizar, el don gra-
tuito de su amor por sus hijos con los que, a
través de Cristo, quiere compartir su misma
vida. Pero este don nos viene acompañado de
la invitacion a hacer nosotros nuestro cometi-
do, o sea a caminar y a crecer en la nueva vida
que se nos regala. Jesús hizo salir a Lázaro de
su tumba. Dios ha liberado y ha hecho regre-
sar a casa a Catherine. Dios ha hecho y hace
siempre su cometido. Nos toca ahora a noso-
tros continuar y completar su iniciativa para
que dé fruto y tenga éxito. Se nos llama a
echar una mano a Dios para que pueda com-
pletar nuestra resurrección en el camino coti-
diano, haciendo crecer esa vida nueva que ha
sembrado en nosotros y alrededor nuestro.
Éste es el deber de los amigos que
desenvuelven a Lázaro de sus bendas. El
largo camino de sanación y reintegración
que Catherine deberá recorrer, deberá estar
acompañado por el amor y el acompaña-
miento de las personas cercanas a ella.
Todos comprendemos cómo el aniversario
de la Pascua nos compromete y nos invita a
una decisión sobre nuestra vida entera. Se
trata de escoger, antes que nada, si quere-
mos acoger con alegria el dón de Jesús,
muerto y resucitado, que nos saca de nues-
tra tumba, o bien, si pensamos poder gestio-
nar la vida por nuestra cuenta. Y después,
decidir si nos acontentamos permaneciendo
inmóviles, como momias vivientes, prisio-
neros de nuestras limitaciones, o bien si aco-
gemos la invitación a esforzarnos en desha-
cer y rechazar todo lo que nos impide cami-
nar y seguir al Señor resucitado en una nue-
va vida, animada por su amor.
Todos nosotros, y no excluyo a nadie,
precisamente como Lázaro y como
Catherine,
permanecemos todavía atados y
retenidos de distintas maneras por nuestras
bendas, heridas, miedos, incapacidades,
cerramientos y pecados. Yo, tu, todos noso-
tros, tenemos ante todo, necesidad hoy dia
de ser nuevamente liberados y resucitados
por el amor vivo de Cristo. Y después, para
comenzar a caminar y vivir en plenitud el
don recibido, tenemos necesidad, como
Lázaro y Catherine, de alguien que nos ayu-
de, de amigos, de hermanos y hermanas que
nos desaten, que nos quiten las bendas y que
nos acompañen.
Conscientes de que sólos no podremos
liberarnos, descubriremos entonces que
también los que nos rodean tienen esa mis-
ma necesidad. No se puede vivir la Pascua
en soledad. Ayudando al prójimo, al vecino,
- a los numerosos Lázaros y Catherines de
nuestro entorno - seremos más libres,más
nuevos y estaremos más vivos. Por esto hoy,
al terminar la Misa, he pedido a Catherine
que me ayudara a mi y a toda la gente que se
había reunido entorno a ella para festejar su
regreso. Hoy en dia en Uganda (¡y no solo
aqui!) tenemos una gran necesidad de sabi-
duria para no repetir los errores del pasado,
para que los sufrimientos de Catherine y de
muchas otras personas no sean en vano.
Vuestro padre Giuseppe
C a t h e r i n e s e l i b e r a d e l a s b e n d a s , c o m o L á z a r o . . .
3
Eco 205
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P
A S E A N D O C O N E L
R
E Y
“Había una vez un Rey, rico, sabio y muy bueno. Su morada era como un jardin lleno de flores, lleno de preciosidades para contem-
plar. Los colores, las melodías y los sabores se combinaban en armonía perfecta. Cada elemento estaba en su sitio adecuado. Por esto
había paz, alegría y despreocupación en el corazón de todos... Si, porque de cada creatura se ocupaba él , el Rey. Las alimentaba, las
asistía, las cultivaba, asegurandoles a todas serenidad y beneficio. Ellas sólo debian pensar en vivir, dejándose amar y recambiando ese
amor que el soberano amable y generoso les daba.
Entre estas creaturas había una distinta de las demás, porque solo a ella se le concedió rasgos del todo semejantes a los del Creador.
Era el “hombre”, en su distinción de macho y hembra, y recibió como don del Rey la inteligencia, la creatividad, la sensibilidad y la
facultad de amar; pero sobre todo la libertad, lo que le ponia en un plano muy noble, casi divino.
Pero, ¡Cielo Santo! al hombre esto no le bastó. ¡Queria hacer todo por su cuenta! En su interior, deseaba gestionar su vida según su
parecer, e intentó averiguar los secretos del Rey que les cuidaba...
¿Qué es lo que ocurrió despues? Una triste historia, porque todo lo que era pura bienaventuranza se transformó en maldición:
“Maldita sea la tierra por culpa tuya! ¡Con sacrificio obtendrás los alimentos durante toda tu vida... Polvo eres y en polvo te converti-
rás!”. La armonia desapareció y se abrió paso esa tremenda desobediencia que alejó al hombre y a su mujer del corazón del buen Rey,
y, naturalmente, de su jardin.
Pasaron muchos años, pero el Rey no podía olvidar a esa creatura que había amado tanto como para darle sus mismas cualidades.
Sentía nostalgia de él. No podía pensar que el hombre, vagabundeando, caminase errante por las estepas aridas del egoismo, arriesgan-
do a caer en los precipicios excavados por su propia prepotencia. No podía resignarse a la idea de que se estuviera envenenando con
las raices de la idolatría, obsesionado por su felicidad. La creatura que más se le asemejaba, se estaba deshaciendo de toda su belleza.
El Rey, entonces, comenzó a actuar de nuevo, y empezó a enviarle al hombre, ya lejano de el, varios mensajeros para que le “des-
pertaran”,confiándoles una palabra que con el tiempo se transformó en consejo, en advertencia, en ley y hasta en reprimenda... Pero
todo fue inútil. El hombre se mostraba sordo ante las advertencias divinas. Hacia falta algo más. Fue entonces cuando la misma Palabra,
para ser escuchada, se hizo creatura, o mejor, un niño.
Pero ¿Donde podía nacer? Se necesitaba un lugar adecuado, un lugar bello como el antiguo jardin donde el Rey solia pasear; un lugar
digno del nuevo Adán, que sacrificándose habría subsanado la desastrosa desobediencia del primer hombre.
El Rey estaba acostumbrado a hacer proyectos. Pensó entonces en uno perfecto, un jardin en el que todo estaría bien ordenado. Un
espacio abierto para todos, y al mismo tiempo cerrado como un “manatial sellado”. En ese jardin la semilla habría encontrado el espa-
cio necesario para arraigar y brotar, creciendo luego “en santidad y gracia”.
¿Cuál era ese jardin? Ese jardin era Maria, el “ Eden de Dios...”
Está todavia abierto al dia de hoy, no se trata de ninguna leyenda. Desde hace muchos años, con atenta insistencia la Virgen nos
ofrece su Corazón Inmaculado. En ese jardin la brisa del Espíritu aletea siempre fresca, y reposa tranquila en la cuna de un eterno
“Fiat”. Es allí donde la Madre nos invita a entrar y a permanecer. Y sin duda, junto a nosotros, también paseará el Rey.
S.C.
Nacer de lo alto
,
nacer del Otro
de Stefania Consoli
Miremos alrededor. Todo parece una
explosión de vida. Lo que ayer parecía
muerto, cerrado en si mismo, hoy es jolgo-
rio de colores: árboles verdes, flores en los
prados y frutas que poco a poco van madu-
rando. Del sueño invernal, a la vida despier-
ta de primavera. Es un prodigio éste al que
nunca nos acostumbraremos, porque no hay
obviedad en la belleza, siempre es nueva.
Asi como la vida.
El Señor ha insertado el gran evento de la
Pascua precisamente en esta estación del año
para ayudarnos a comprender el despertar
del hombre-Dios de la muerte en ese “pri-
mer dia tras el sabado”. Si de verdad hemos
permitido actuar a la resurrección en nuestro
interior - para remover todo lo sepultado
bajo el cobertor invernal de nuestras perezas
internas - nos daremos cuenta que los brotes
floridos estan en nuestro interior. De hecho,
todos, incluida la creación, estamos implica-
dos en un movimiento vital muy poderoso
que nos consiente “renacer desde lo alto”
(cfr. Jn 3,3) a través del Espíritu Santo que
Dios nos ofrece al cumplirse la Pascua.
¿Pero qué significa renacer de lo alto? A
esta misma pregunta Jesús respondía: “Lo
que nace de la carne, carne es; pero lo que
nace del Espíritu, es espíritu... El viento sopla
donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de
donde viene ni adonde va; así es todo nacido
del Espíritu” (Jn 3,6). Nosotros que hemos
sido bautizados, hemos ya recibido el
Espíritu Santo, pero cada año necesitamos de
un nuevo Pentecostés para despertar los
dones recibidos, porque la cotidianidad pue-
de llegar a amodorrarlos y hasta anularlos.
Así como la carne que nace de la carne
cada dia debe ser alimentada para sobrevi-
vir, así también el espíritu que nace del
Espíritu debe ser mantenido por el alimento
adecuado al alma: la oración, la adoración,
las Sagradas Escrituras, los sacramentos...
Enseguida nos damso cuenta cuando la car-
ne
toma la iniciativa con sus pretensiones:
cuando estamos distraidos, ausentes de algo,
o somos insaciables y en el fondo nunca
satisfechos.
Dios busca un lugar donde permanecer en
esta tierra. Ante la pregunta de los discipulos:
“¿Maestro, donde vives?” nos contestaría
hoy: “¡En ti! ¡Dentro de ti!” Somos nosotros
los Templos vivientes donde habita Dios.
Renacer de lo alto para que se haga pri-
mavera en nosotros, significa pues, abrir el
corazón al divino Huesped, al Otro y dejar-
le libremente vivir y actuar en nosotros. En
el desierto de una humanidad sedienta de
verdad y de amor, seremos oasis florecidos,
oasis prometedores de serenidad y vida.
La Pascua,
paso de la vejez a la juventud
Como sabemos, todo lo creado es obra
del Espíritu Santo. San Pablo nos ha habla-
do de una creación que “gime y sufre al lle-
gar el parto”. A este lloro por el parto, hoy
dia se le añade un llanto de agonía y de
muerte. La naturaleza es sometida, una vez
más y “en contra de su voluntad”, a una
vanidad y a una corrupción distintas de
como las concebia San Pablo, y derivadas de
la misma fuente que es el pecado y el egoís-
mo del hombre.
Nosotros que hemos recibido las primi-
cias del Espiritu Santo, ¿Estamos en verdad
contribuyendo a “la plena liberación del cos-
mos y su participación en la gloria de los
hijos de Dios”, o bien, la estamos retrasan-
do, como todos los demás?
Pero veamoslo a titulo personal. Decimos
que el hombre es un microcosmos; a él pues,
como individuo, se le aplica todo lo que se
refiere al cosmos en general. El Espíritu
Santo es aquel que deja pasar a cada uno de
nosotros del caos al cosmos: del desorden,
de la confusión y de la dispersión, al orden,
a la unidad y a la belleza. Esa belleza que
consiste en ser conforme a la voluntad de
Dios y a imagen de Cristo, en el paso del
hombre viejo al hombre nuevo.
La evolución del espíritu no se desarrolla
en el hombre como su cuerpo, sino en senti-
do contrario. Nosotros nacemos como “hom-
bres viejos” y debemos transformarnos en
“hombres nuevos”. La vida entera, y no sólo
la adolescencia, es una “edad evolutiva”!
Según el Evangelio, ¡No nacemos niños,
sino que nos vamos haciendo niños! Un
Padre de la Iglesia, San Maximo de Turin,
define la Pascua como un paso “del pecado
a la santidad, de los vicios a las virtudes, de
la vejez a la juventud: una juventud, se
entiende, no de edad sino de sencillez. De
hecho, estabamos apesadumbrados por la
vejez de nuestros pecados, pero por la resu-
rrección de Cristo hemos sido renovados en
la inocencia de los niños”.
El Espíritu Santo es el alma de esta reno-
vación y de este rejuvenecimiento. Iniciemos
pues nuestras jornadas diciendo, con el pri-
mer verso de ese himno en su hono, “Veni,
creator Spiritus”: Ven Espíritu creador, renue-
va en mi vida el prodigio de la primera crea-
ción, vuela sobre el vacío, sobre las tinieblas
y sobre el caos de mi corazón, y guíame hacia
la plena realización de ese “plan inteligente”
que Dios tiene para mi vida.
p. Raniero Cantalamessa (de su homilía)
4
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¡Oh Maria!
¡Mi santa y buena Maria!
Hazme y haz comprender a todos
el gran valor del silencio
en el que se entiende a Dios.
Enséñame a callar
para escuchar
la Sabiduría eterna.
Enséñame a tomar del silencio
todo lo que contiene de grande
de sobrenatural, de divino.
Ayúdame a hacerlo
perfecta oración,
una oración toda de fe,
de confianza y de amor.
¡Una oración vibrante,
enérgica y fecunda,
capaz de glorificar a Dios
y de salvar almas!
Marthe Robin
Todos somos llamados a quedarnos
A veces nos preguntamos: ¿Porqué mi hacer, mi andar, mi compromiso no da fruto? Tal
vez esto suceda porque no estamos en nuestro lugar asignado, no permanecemos en Jesús.
El apóstol Pedro permanece con Jesús, Judas no permanece con El, sino que huye y se
encuentra solo.
El dia en que Jesús se halla en Betania, en la casa de las hermanas que conoce, Maria
permanece sentada a sus pies y le escucha mientras Marta esta muy ocupada sirviendo.
Jesús, al ver esto, exclama: “¡Maria ha escogido la mejor parte, que nadie le quitará!”.
Cuando muere su hermano Lazaro, Maria permanece en casa en espera del Maestro hasta
cuando se levanta de prisa para correr hacia El, cuando la llama. Maria ha comprendido lo
importante que es permanecer a los pies de Jesús, permanecer junto a El. Su corazón per-
manece en El, reposa en El. Incluso su andar, no es una iniciativa propia, sino una respues-
ta a la llamada de su Señor. Sabe que sólo con El puede curarse de sus heridas. porque ha
comprendido que el Amor es medicina y perfume que embriaga. Sabe que sólo con El su
vida puede dar fruto, al contrario que en el pasado.
Maria ha comprendido bien las palabras del Maestro: “El que permanece en mi, y yo en
el, ése da mucho fruto... el que no permanece en mi es echado fuera” (Jn 15, 5-6). Sabe que
con Jesús el fruto no falta nunca, que Jesús es el fruto que sacia de verdad. Maria ha com-
prendido que el tesoro escondido lo descubrimos estando con Jesús, haciendo lo que El pide
y no lo que queremos nosotros. Ha comprendido que El es el tesoro que no debemos perder.
Seguramente Maria habrá aprendido de la Madre de Jesús. De su ejemplo habrá aprendido
lo importante que es permanecer con El. La Madre nos enseña también a nosotros a perma-
necer con su Hijo y cómo hacerlo. Ella sabe que, en El, la paz reina siempre en nuestros cora-
zones, a pesar de las dificultades que nos presenta la vida; sabe que, en El, no excluiremos
nunca a nadie de nuestro corazón, ni siquiera al que nos hiere; que, en El, no nos nos faltará
nada porque se nos donará, incluso en el sueño: que en El , poseeremos a Dios.
Portanto, la vida cristiana es mas bien un “permanecer”, en lugar de un “ir”, es mas un
“acoger el lugar que se nos asigna”, que un “conquistar una posición”, es mas un “dejar
actuar a El”, que un hacer nuestro, porque: “Si Yavé no edifica la casa, en vano trabajan los
que la construyen...”(Sal 127). Es verdad. El cristiano puede donar solo después de haber
recibido. Escuchemos, pues, la voz de la Madre. Seguramente aprenderemos a permanecer
en Jesús, como hizo Ella, y sigue haciendolo, para dar mucho fruto, para llevar a los demás
el fruto mas bello: Jesús.
La Creatura nueva
Después de esa primera desobediencia, las personas estaban como “moribundas”, sin
vida, porque habían despreciado la Vida, como Caín. Sus acciones no eran buenas. Dios
estaba muy disgustado por ello porque había creado al hombre para la Vida, no para la muer-
te. El deseaba ardientemente poner un remedio a esta situación. Por esto esperó con impa-
ciencia el momento adecuado en el que almenos una creatura acogiera la Vida sin despre-
ciarla, como en el pasado hicieron libremente los hombres. Si, la obra de salvación del Padre
ha sido como “condicionada” por una creatura hasta el punto que mandó a la tierra a su pro-
pio Hijo como respuesta al “si” a la Vida de tal creatura. Sabemos que esta es Maria.
Maria es la creatura del “si” a la Vida, la creatura nueva que ha dado “la posibilidad” a Dios
de generar , a través del Hijo, muchas creaturas nuevas que correspondieran también ellas a
la Vida. Desde aquel dia la tierra ha podido repoblarse de una humanidad nueva, de creatu-
ras nuevas, y no viejas como antes, nuevas como Maria, la nueva Eva, hecha Madre de Dios
y Madre nuestra. Pero también a nosotros se nos da la posibilidad de ser como Maria, siem-
pre que acojamos la Vida.
Gracias Maria, porque contigo la Vida no se apagó como una vez.
Gracias Maria, porque contigo el Padre ha donado al hombre Jesus, la Vida.
Gracias porque contigo el Padre ha mostrado a los hombres un ejemplo de creatura nueva
para gloria de Dios y de toda la creación.
Gracias por haberte hecho Madre nuestra, además de Hermana nuestra, también Tu crea-
tura como nosotros.
Haznos creaturas nuevas, segun el modelo de Jesús.
Tómanos de la mano para que, caminando junto a Ti,cada uno seamos, como Tu, Madre de
Dios.
P
ENSAMIENTOS
S
ENCILLOS
de Pietro Squassabia
Las manos abiertas: meditar
“Que la palabra de Dios es viva, eficaz y
tajante más que una espada de dos filos, y
penetra hasta la división del alma y del espi-
ritu, hasta las coyunturas y la médula, y dis-
cierne los pensamientos y las intenciones del
corazón” (Heb 4,12).
Desde los orígenes hasta hoy, los cristia-
nos se hallan conviviendo en una sociedad
cuyas ideologías, a menudo, contrastan con
el mensaje evangélico. Cambian los termi-
nos, se crean nuevas formulas, se perfeccio-
nan las técnicas de comunicación, se alter-
nan los maestros, etc. Lo que sin embargo
permanece inmutable es la exigencia de
mantener alto el nivel de atención, estudio y
asimilación de las directrices evangélicas.
Obviamente no hay ya necesidad de
esconderse en las catacumbas, ni de atrin-
cherarse detrás de barricadas, ni de huir por
el desierto. La propuesta es esencialmente
positiva: perfeccionar el diálogo con Dios,
descubrir, tratar de comprender la intencio-
nalidad, insertarse en las vias providencia-
les, captar la mentalidad operativa en la inte-
racción con las realidades humanas.
Y el espacio reservado a la oración
meditativa, ¿Qué significa?
Meditar es el intento de reflexionar, intuir,
tratar de descubrir el sentido y los significa-
dos que la Revelación divina esconde. Se
trata de adentrarse en el mundo interior del
Maestro de Nazareth dejándose impresionar,
fascinar e implicar en su radical e irreversi-
ble adhesión al grandioso proyecto trinitario
de la salvación universal.
Así hizo Jesús. Así hizo su Madre, que
había aprendido el arte de custodiar en su
corazón palabras y testimonios.
Las “manos abiertas” son simbolo de esta
forma de oración que pretende (legítimamen-
te) familiarizar con el mundo misterioso de
Dios, como premesa indispensable para deci-
dir el paso a determinadas elecciones y asi
poder seguir con autenticidad a Cristo. En la
meditación cristiana el Evangelio se presenta
como fuente primaria de referencia. Debo
aprender a custodiarlo en mi corazón.
Servirle, no servirme yo de el.
Es una labor de dos tiempos: escucho a
quien me habla, asimilo el mensaje, y res-
pondo. Tan sencillo como desarmante. Dios
habla, y yo escucho (leo tranquilamente, fil-
tro, saboreo cada palabra). En la tranquili-
dad de mente y de corazón, como quien ha
establecido amistad personal con El. Cristo
me habla del Padre. Dios me habla a través
de Cristo. Nace el dialogo de amor.
Escucho. Acojo la Palabra. Me inclino
ante ella amorosamente como sobre el
recién nacido de Belén. Permanezco abierto
a la Palabra, le permito ejercitar su poder
divino. Gozo sintiéndola penetrar alma,
cuerpo, pensamientos, sentimientos y dese-
os. Invierto en Ella todo lo que tengo y todo
lo que soy: disposiciones, actitudes, senti-
mientos, elecciones. Presente y futuro.
Aquí puedo contar con el Espíritu Santo
que vigila para que nada obstaculice el paso
de la Palabra que desea abrirse camino y
penetrar en el corazón, intentar que éste reac-
cione y responda. El silencio de la escucha se
hace así voz sin sonido, y tiende inevitable-
mente a transformarse en alabanza, canto de
admiración, gratitud, adoración y amor...
Lorenzo Netto
E
N LA
E
SCUELA DE
O
RACIÓN
Haznos comprender el valor del silencio
5
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Está aún vivo en mi el recuerdo de la ale-
gría intensa de los primeros dias, cuando
comencé a habitar en este lugar único,cuando
repetía con incredulidad: ¡Ahora viviré aqui!
Ahora, muchas son las cosas que hecho
de menos y que me acompañaron y llenaron
durante esos tres años: ante todo, el silencio
de Medjugorje,
que es un don muy especial,
una dimensión interior, y después también el
entusiasmo siempre nuevo de los peregri-
nos, la comunión
con todas aquellas perso-
nas que, como yo, de las maneras mas diver-
sas, se han puesto a disposición del plan de
Maria y la gracia siempre viva y palpable que
ciertos lugares especificos transmitían.
¿Fué como una larga peregrinación?
Depende de como entendamos este termi-
no... no fué un éxtasis continuado, como
puede ocurrirle a esos muchos peregrinos a
los que la Virgen les da oportunidad de
experimentar en los cuatro dias de “parai-
so”, naciendo de nuevo interiormente.
En cambio, si, ha sido como una larga
peregrinación, entendida como recorrido
interior en el que el alma, abandonando todo
aquello que la tenía prisionera, ha comenza-
do poco a poco a levantar su vuelo de eleva-
ción... He comprendido que para recorrer
este camino no basta con la gracia de Dios,
sino que se necesita nuestra respuesta
cotidiana a todas esas cruces que se nos
puedan presentar.
En mi juventud recuerdo cómo se des-
cribía a Medjugorje como una nueva tierra
santa. El monte Krizevac, como el nuevo
Sinai, monte en el que el Señor se revela, el
Podbrdo, como nuevo Monte de las
Bienaventuranzas, y ese valle que yace entre
los dos... el campo de batalla, la explanada
de la lucha cotidiana que cada hijo de la luz
afronta para resistir al mal y decidirse en si
mismo por la victoria de Cristo. De ese
Cristo que humildemente se deja traicionar,
flagelar y crucificar, permaneciendo como
amor puro, amor sacrificado, para así triun-
far sobre toda tiniebla de odio.
Tres años en Medjugorje han sido una
batalla interior para permanecer de verdad
en la humilde actitud de Cristo, para no
dejar hueco a ningun tipo de rebelión al
sacrificio, y para aceptar y amar la Voluntad
divina; una lucha interior basada en éxitos y
caídas, pero que me ha llevado a una inexo-
rable transformación interior.
Entre los brazos de Maria es más fácil
orar, es más fácil luchar, sabiendo que
cuando la prueba llega a hacerse demasiado
dura, siempre es posible volver a “refugiar-
se” entre las colinas benditas desde las que
todo parece mas pequeño y mas lejano y
también nuestros problemas hallan su justa
dimensión.
Ahora, desde hace ya muchos meses
resido en Italia, y siento a menudo una fuer-
te nostalgia que atrae mi pensamiento a esos
lugares y a esos momentos que vuelven a
hacerse tan vivos y presentes dentro de mi.
Entiendo que Medjugorje no es sólo
un lugar fisico, es un lugar interior, un
espacio que se ha abierto en mi alma y que
siempre puede volver. Los momentos difíci-
les marcan constantemente cada periodo
concreto de mi vida y de la nuestra, esto será
siempre inevitable, pero desde cualquier
lugar y en cualquier momento siempre será
posible volver con el pensamiento y con el
alma al Podbrdo y a los pies de la Cruz;
reencontrar dentro de nosotros mismos esos
lugares de encuentro íntimo con el Señor,
esos lugares de gracia que traen de nuevo la
paz en toda elección y actuación.
En Medjugorje, el cielo es más cerca-
no, la vida parece una peregrinación
sobre un sendero ya bien marcado por la
Divina Providencia, el corazón se llena de
gratitud, el alma se eleva en la verdadera
oración, cada mirada se transforma en ben-
dición, cada respiro se hace canto de alaban-
za, y nuestra vida, testimonio de Su
Resurrección.
Francesco Cavagna
¿P
EREGRINOS
O SIMPLES TURISTAS
?
Ha iniciado la “bella estación” y con ella
inician también los viajes, para relajar el
cuerpo a través de la naturaleza o para cono-
cer pueblos y culturas distintas de la nuestra.
Son muchos, en cambio, los que parten con
otra intención: ir a “cuidar”su alma. Y por
esto se hacen peregrinos.
Alguno va solo, otros con familiares; en
su mayoría se asocian a grupos organizados,
que a veces forman masas de peregrinos que
se mueven hacia lugares de culto o
Santuarios mas o menos conocidos, pero
todos prometedores de esas gracias de con-
versión, de sanación y de salvación que cada
uno espera llevarse a casa.
Antiguamente la peregrinación tenía dos
significados: devocional y expiatorio. El pri-
mero, en particular, existe desde la época
paleocristiana y hacía parte del proceso de
conversión: para liberarse de las ansiedades
y de las tensiones del mundo se partía hacia
Jerusalen, donde se vivía como “extranje-
ros”, como “exiliados” (segun la etimología
del termino “peregrino”).
¿Y hoy en dia? Las motivaciones que
nos invitan hoy a viajar son de lo mas dispa-
res, íntimas y personales, y por lo tanto
deben ser respetadas. Pero existen ciertas
“reglas” comunes para todos, porque aun-
que sea siempre bueno el motivo de la sali-
da, no siempre se obtiene el exito esperado.
¿Es entonces culpa de Dios que traicio-
na nuestras expectativas? No, ciertamente. Y
entonces, ¿Como debemos vivir la peregri-
nación para que sea verdaderamente eficaz,
profunda y sobretodo auténtica? Son pre-
guntas importantes, porque a menudo, se
subestima el viaje cuando se lo considera
con superficialidad, como si se tratara de
una excursión cualquiera; o bien cuando lo
llenamos de actividades extras, de encuen-
tros, de citas, de charlas, comprando souve-
nirs, y entreteniendonos en lugares bullicio-
sos que nos apartan de esa paz indispensable
para el encuentro con el Señor.
Medjugorje es una meta privilegiada
para muchos; en ese lugar la gracia esta
viva y operativa precisamente porque Maria,
que es mediadora, está presente de manera
muy viva, visible o por lo menos palpable
con los sentidos del alma. Por esto muchos,
en primavera, programan su visita a la
“bella Señora”. Debemos pues valorar cada
instante como si fuera único, porque en Dios
todo es valioso, y como tal, debe ser consi-
derado.
Esto lo saben los guias de peregrinos,
por experiencia. A menudo han podido con-
templar auténticos milagros en el corazón
de los peregrinos, en su mayoria, conversio-
nes a 360 grados, imprevistas y del modo
más impensable. Son pues ellos los prime-
ros invitados a reflexionar sobre este argu-
mento, porque su manera de planificar la
jornada y enfocar la oración condiciona
enormemente el exito del viaje, y portanto la
“transfiguración” interior de los peregrinos,
verdadera meta de la peregrinación.
Por su naturaleza, la peregrinación es
un itinerario. Es movimiento por excelen-
cia. Pero la mayoria de las veces esto se
concibe en un plano puramente exterior.
Uno se mueve de un lugar a otro de manera
casi convulsiva, y así se pierde la ocasión de
poder asimilar, en esas paradas indispensa-
bles, esas numerosas gracias que cada lugar
transmite.
En realidad, el verdadero movimiento
de la peregrinación deberia ser interior,
un desplazamiento de mi “yo” hacia Dios, de
mi mundo a Su mundo, realizado en silencio
y oración, en soledad y en comunión; encon-
trándonos con su Rostro a través de los ins-
trumentos que allí Dios pone ante nosotros:
la Palabra, los Sacramentos, sus ministros, y
sobretodo su Madre. Sí, porque a Jesús se va
a través de Maria,
que es el camino más
corto y más seguro: “¡Queridos hijos! Yo
deseo renovaros y guiaros con mi Corazón al
Corazón de Jesús que aún hoy sufre por
vosotros y os llama a la conversión y a la
renovación. A través de vosotros, Yo deseo
renovar el mundo...” dice la Reina de la Paz
en el mensaje del 25 de octubre de 1996.
Este es el recorrido, éste el movimiento,
ésta es la verdadera peregrinación que
debemos realizar:
sumergirnos en el cora-
zón de Maria y allí pasar, o mejor, dejarnos
transportar directamente al corazón de su
Hijo. Nos encontraremos, como por encan-
to, entre los brazos del Padre. ¡Buen viaje!
Stefania Consoli
¿Vivir en Medjugorje? ...una larga peregrinación
M
ENSAJE A
M
IRJANA DEL
2
DE ABRIL
“Queridos hijos, El amor de Dios está
en mis palabras. Hijos mios, es el amor el
que desea convertiros a su justicia y a la
verdad. Es el amor el que os quiere salvar
de vuestras ilusiones. ¿Y vosotros, hijos
mios? Vuestros corazones permanecen
cerrados. Son duros. No responden a mis
llamadas. No son sinceros.”
6
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Maria, “Pastora” nuestra
desde hace 28 años
Miles de sacerdotes cada año llenan el
presbiterio de la Parroquia en Medjugorje
para obtener directamente la gracia que
emana abundante de ese lugar bendito.
Muchos atestiguan cómo su sacerdocio
siempre sale renovado tras el encuentro con
la Gospa, Madre de la Iglesia y mediadora
de toda gracia.
Al aproximarse el 28 aniversario de las
apariciones, hemos entrevistado a un sacer-
dote de la región de Las Marcas (Italia), Don
Manlio, asiduo visitador del Santuario.
¿Qué es para usted Medjugorje?
Por las lecturas y las reflexiones realiza-
das, Medjugorje es el punto final y el cum-
plimiento del mensaje de Fatima. Juan Pablo
II llegó a decir que hoy dia Medjugorje es el
centro espiritual del mundo, aunque de ello
no haya hablado de manera oficial, para no
comprometerse y no comprometer un fenó-
meno que aún no ha concluido.
En Fátima, la Virgen se ha aparecido en
total tres veces:¡ En Medjugorje la Virgen
baja del cielo cada dia desde hace 28 años!
¿Porqué son tan largas estas apariciones?
Porque la situación de la cristiandad es
muy crítica y la Virgen está obrando para
cambiarla. Todavía no aceptamos la conver-
sión de nuestro corazón. Por esto Maria ora
y pide que oremos; porque quiere salvar a la
Iglesia, a la familia, a los matrimonios, a los
jovenes, ¡Quiere salvar al mundo entero! ¡Se
aparece por tan largo tiempo porque desea
crear un modelo de comunidad cristiana que
sepa acoger sus mensajes y transformarlos
en vida!
¿Porqué existe tanta oposición contra
Medjugorje?
Porque muchos obispos y muchos sacer-
dotes no estan informados, no se han interesa-
do desde el principio sobre este fenomeno, y
por tanto son indiferentes y ápaticos, lo con-
sideran como si fuese un hecho devocional.
¿Qué es lo que más sorprende de
Medjugorje?
El redescubrimiento de la fe, la conver-
sión. Quien se confiesa alli, toca con su mano
este despertar. Allí se viven milagros en
numerosas circunstancias, bajo muchos
aspectos. Hay muchisimas personas que oran
y que se convierten, innumerables grupos de
oración y asociaciones asistenciales que han
nacido allí, la expansión y difusión del men-
saje: ¡Es un continuo milagro! La iglesia
deberá rendir cuentas con este milagro.
Medjugorje es la última etapa de la obra que
Maria está realizando para preparar la venida
de Jesús; porque el triunfo de Maria será la
conclusión y se verificará precisamente a tra-
vés de la preparación del Reino de Cristo.
¿Es bueno volver a menudo a ese lugar?
Sí, es bueno, porque tenemos necesidad
de recargarnos y de enriquecernos espiri-
tualmente. Hoy en dia los problemas de la
vida son muchos y si no hacemos un repos-
taje
de las gracias que nos da Maria, dificil-
mente soportaremos nuestros problemas
diarios.
Es sabido que la Iglesia sufre hoy una grave
crisis de vocaciones, mientras que, en cam-
bio, son numerosas las vocaciones que
nacen en Medjugorje tras un ecuentro vivo
con el Señor. ¿Cree que esto es significativo?
¡Claro que si! Después de las conversio-
nes del corazón, las vocaciones representan
uno de los mejores frutos.
Una de las criticas que surge a menudo
contra estas apariciones es que la Virgen
habla demasiado. Si en el Evangelio Maria
se limita a la contemplación, pronuncian-
do pocas palabras, ¿Porque ahora tantos
mensajes?
Yo sobre este punto tengo una idea per-
sonal. He preparado incluso un articulo refe-
rente al Sínodo de los obispos que tuvo lugar
el pasado octubre, sobre la Palabra de Dios.
He comparado el tema de la Palabra de Dios
con la palabra de Maria. ¿Porque la Virgen
habla tanto? En todas las últimas apariciones
Maria se ha dedicado a presentarnos de nue-
vo el Evangelio. Esta insistencia tiene un sig-
nificado preciso: ¡Maria nos quiere llevar a
lo esencial, quiere reevangelizar la Iglesia de
hoy y yo pienso que Ella es la más idónea
para hacerlo! Esto sucede porque la Palabra
de Dios hoy dia no es comprendida ni acep-
tada; es como si la gente se hubiera ya acos-
tumbrado: ¡Cree saberlo ya todo! Yo estoy
convencido de que la Virgen, como Madre
que es, haya querido decirnos que la Palabra
tal y como la comunicamos es monótona,
fria, rancia, una Palabra que ya no toca ya el
corazón. Necesitamos de una Palabra mas
calurosa, de una Palabra que venga del cora-
zón de la Madre. La Virgen quiere ser la
catequista de la cristiandad actual.
Antes que nada Ella ha escuchado, y ha
asimilado, según escribe San Lucas. Maria
escuchaba, observaba y conservaba... Esto
porque debia de llegar el momento en que
ese cofre que custodiaba la Palabra, diera
después su fruto. En la familia, el padre tie-
ne una función y la madre otra: ella es mas
afectuosa, es mas capaz de entender y de
intuir las necesidades de los hijos. La Virgen
quiere ofrecer esa ayuda a la Iglesia de hoy.
Hay un título que en estos tiempos la Virgen
se atribuye a si misma: se define como la
Divina Pastora. Si Cristo es el Pastor, Maria
es Aquella que sigue la obra de Cristo. ¡Los
títulos de la Virgen son muchísimos”
¿De qué manera enriquecen estos mensa-
jes mensuales de Maria tu vida como
sacerdote?
Yo considero que debiéramos leerlos,
meditarlos, valorarlos más y hacer una exé-
gesis para comprender el nexo lógico que los
enlaza. Aparentemente parecen ser siempre
los mismos, casi monótonos. Pero hay algo
de más profundo que no siempre se consigue
entender, como por ejemplo, el concepto de
que sólo a través de la oración se puede
conocer a Dios y Su Voluntad sobre noso-
tros. Yo me niego a decir que son simple-
mente repetitivos; ¡Lo son en cuanto no los
sabemos acoger y vivir! Yo espero que llegue
el dia en el que todos estos mensajes que la
Virgen ha dado en Lourdes, Fatima y
Medjugorje sean recolectados y estudiados
más en profundidad; que se instituya una
comisión internacional par a el estudio de
estos mensajes, porque las palabras de la
Virgen no pueden caer en vacio, y hasta la
fecha no se le ha prestado la atención debida.
Jesús fue “signo de contradicción para
que se revelen los secretos de muchos cora-
zones”. ¿Asi es hoy Maria?
¡Por descontado, y no debemos sorpren-
dernos! Es realmente agradable saber que
hoy dia hay almas generosas que difunden
sus mensajes y que han acogido la invita-
ción a ser testigos de Maria.
Los peregrinos de
Medjugorje saben que
por causa de “fuerza
mayor” el padre Jozo no
les puede recibir, como
solía hacer en la Iglesia
de Siroki Brijeg. Pero
mucho fue lo que dijo en
estos años. Expongámos
pues aqui, algunas de sus
consideraciones para
celebrar con él el 28 ani-
versario de las aparicio-
nes de la Reina de la Paz.
“De todas las partes
del mundo llegan peregrinos que han oído la
voz que dice “Queridos hijos”. ¿Cómo es
posible oír esta voz? Los expertos de las
comisiones de investigación han preguntado
mil veces a los videntes: “¿Habéis oído la
voz por dentro o por fuera? ¿Habéis oído
“Queridos hijos”? ¿Era Su voz como la mía?
La Virgen no esta muerta, la Virgen no
es una idea, la Virgen es la Madre de Dios,
la Virgen habla porque la familia católica
esta a punto de ser destruida, la juventud va
hacia un abismo....Millones de peregrinos
han subido al monte Podbrdo, donde la
Madre habita y espera....Su presencia es
visible, palpable, su lenguaje es fácil de
entender, y nos enseña que podemos aceptar.
Sus sanaciones y sus milagros han sido sig-
nos elocuentes.
Ven Espíritu Santo,¡Que también noso-
tros podamos responder! Oremos para que
cada uno despierte, que pueda ver, que pue-
da oir, que pueda responder a la llamada.
Todos estamos llamados, no por casualidad.
Oremos al Señor para que nos muestre lo
que quiere de nosotros, lo que espera de
nosotros.
Medjugorje no es un espectáculo, no es
una cosa extraña que pueda sustituir a nues-
tra misión. ¡No! Son unos ojos abiertos que
encuentran lo que cada uno busca: la alegría,
la paz, la fe y el amor. Para obtener este gran
don, oremos para que nuestros ojos se abran.
(p. Jozo - de: “Ayudémosles”)
La voz que dice:
“Queridos hijos...”
La “Madre” Jesús
“Si bien cierto es que
Dios es nuestro Padre,
tambien es cierto que
Dios es nuestra Madre...
Nuestra queridisima Madre Jesús.
Nuestra Madre natural,
nuestra Madre en la Gracia...
porque la atencion de la madre
es la mas cercana,
la mas rapida y segura:
la mas cercana
porque es la mas natural,
la mas rapida porque es toda amor
la mas segura por ser toda verdad.”
Giuliana de Norwich
mistica inglesa (1342-1416)
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Villanova M., 1° de mayo de 2009
Resp. Ing. Lanzani - Tip. DIPRO (Roncade TV)
“Has dado origen al universo
para rociar tu amor
sobre todas las creaturas
y alegrarlas con los
esplendores de tu gloria”
(IV Oración Eucarística)
Eco te invita
Muchas veces Maria, en sus mensajes,
pide nuestra ayuda. Evidentemente alguien
quiere obstaculizar su obra en Medjugorje,
por no decir en el mundo. Sabemos que la
obra de Maria pasa a través de sus hijos, los
sacerdotes, y de todas las personas que aco-
gen su mensaje y su protección. Pero tam-
bién los instrumentos de Maria parecen ser
objeto de los ataques de quien quiere impedir
que Su plan se cumpla. Y de este plan , pen-
samos que Eco tambien es una expresion.
Por esto nuestro pequeño Eco tiene nece-
sidad de tu ayuda y cuenta contigo, tú que lo
lees: sólo asi podrá continuar su obra que
tantas personas solicitan de todas partes del
mundo Ciertamente Maria se complace en
sostenerlo a través de ti. Portanto tu eres
muy importante para el plan de Maria y para
la vida de Eco. Sí, tu oración es indispensa-
ble, como tambien lo es tu contribución. Tal
vez así, seremos portadores de bien para los
demás.
P.S.
Los lectores nos escriben...
Evelyne Grousset, desde Francia:
“Siempre recibo Eco con gran alegría para
saber las novedades de Medjugorje; sus arti-
culos de fondo son siempre muy interesan-
tes. Es un medio de evangelización.
Como distribuidor vuestro, os digo que
yo también me encuentro con, no un recha-
zo, si bien me llegó uno por parte de un par-
roquiano, pero si una cierta resisitencia, a
veces por parte de católicos y de sacerdotes.
Esto me duele. Por otro lado, hay otros más
jóvenes que aman reencontrarse con estas
enseñanzas, sobretodo aquellos que no
tuvieron la suerte de recibir una buena cate-
quésis. Os envio un humilde donativo, otro
os mandare en unos meses. Debemos, como
decís vosotros, vivir en la esperanza. Maria
siempre proveee. En comunión de oración y
de corazón con vosotros. Acoged mi más
sincera gratitud y toda mi amistad.
Marie-Andrée Bisch, desde Francia:
“Todos mis agradecimientos por vuestro
admirable apoyo espiritual del que nos
haceis partícipes desde hace tantos años y
que proviene de la “Fuente” mas pura.
Vuestro Eco de Maria es una perla muy
codiciada por toda la gente que de mi lo
recibe. Pero habéis sido excesivamente dis-
cretos y humildes hasta la fecha en lo que se
refiere al sustento económico. Es muy fácil
para nosotros lectores dormirnos en esa
“gratuidad” de vuestro pequeño periódico
que deseamos todavia recibir por LARGO
TIEMPO! ¡No perdáis el contacto de estas
amistades presentadas por Maria!”.
Nicoletta de Salizzole, desde Verona,
Italia: Aprovecho la ocasión para agradece-
ros por lo que haceis en ECO: conseguís man-
tenerme unida a Medjugorje, a donde peregri-
né 4 años seguidos. Luego, un grave acciden-
te de coche me retuvo. Tras dos años ya, voy
recuperándome poco a poco...Vuestro peque-
ño periódico Eco de Maria me ha mantenido
unida a esa tierra bendita, llena de Espíritu
Santo, donde se respira una atmósfera inde-
scriptible y te parece estar como en otra
dimensión. UN ABRAZO FRATERNO
PARA TODA LA FAMILIA MUNDIAL del
Eco de Maria Reina de la Paz.
Tarceo Cinelli, desde Canadá: El Eco
de Maria es un placer. Es como si me llega-
ra “La Buena Nueva” directamente a mí. La
Santa Madre es tan cercana...¡¡¡Agradezco a
todos vosotros del Eco por vuestro gran tra-
bajo!!!”
Lisandro Portillo, desde
Caracas,Venezuela: “A través de este email
os saludo y os deseo la Paz en Cristo y la
bendición de la Santisima Virgen Maria.
Escribo desde Venezuela. En este momento
mi Pais esta pasando por un difícil momen-
to...¡Orad por nosotros!”
Doober Alejandro Arias Torres, desde
Tolima, Colombia: “Apreciados Amigos
del Eco De María, quiero ofrecerles con
profunda humildad a todo el equipo de la
redacción, los traductores y a la junta
Directiva, mi Oración para que continuen
con esta hermosa Obra de hacer llegar a
todo el mundo la Luz que nos trasmite la
Santisima Virgen en Medjujorge,con sus
Mensajes de amor y de Paz”.
Ana Maria de Lourdes Zepeda de
Fragoso, desde León, Guanajuato,
Méjico:
“ Muy estimados Señores: Hace 20
años que difundimos los Mensajes de la
Reina de la Paz, llevamos Eco incluso al
Arzobispado de esta Diócesis de León, en
total se reparten unos 1,000 ejemplares ¡Que
no nos falte nunca!”
Rosa Hauser, desde Austria: “ A los
colaboradores de Eco: por favor, seguid ade-
lante con Eco. Yo lo distribuyo con gusto
(94 ejemplares) por ser recibido en todas
partes con alegria. Seria realmente una pena
no poderlo ofrecer más. Nosotros os agrade-
cemos de corazón por vuestro compromiso
y vuestro esfuerzo. Os saludo con afecto”.
C
APACES DE DISCERNIR
LOS ESPÍRITUS
La guía del Espíritu Santo en el camino
espiritual de cada creyente se conoce como
discernimiento de los espíritus. El primer y
fundamental discernimiento de los espíritus
es el que permite distinguir entre el “Espíritu
de Dios” y el “espíritu del mundo” (cfr. 1
Cor 2, 12). San Pablo nos dá un criterio obje-
tivo de discernimiento, el mismo que habia
dado Jesús: el de los frutos. Las “obras de la
carne” revelan que un cierto deseo proviene
del hombre viejo pecaminoso, mientras que
“los frutos del Espíritu” revelan que vienen
del Espíritu (cfr. Gal 5, 19-22) “La carne
tiene tendencias contrarias a las del espíritu
y el espíritu tendencias contrarias a las de la
carne” (Gal 5,17).
Pero a veces este criterio objetivo no
basta porque la elección no es entre el bien
y el mal, sino que es entre un bien y otro
bien y se trata de ver lo que Dios quiere, en
una determinada circunstancia. San Ignacio
de Loyola desarrolló su doctrina sobre el
discernimiento precisamente para responder
a ésta exigencia. El nos invita a mirar sobre
todo una cosa: las propias disposiciones
interiores, las intenciones (los espíritus) que
están detrás de cada elección.
San Ignacio nos sugiere los medios prác-
ticos para aplicar estos criterios. Uno es este.
Cuando tienes ante ti dos posibles eleccio-
nes, escoge una, y considérala convencida-
mente como tu mejor elección, y permanece
en ella por un día o algo más; a continuación
evalúa las reacciones de tu corazón frente a
esa elección: si te da paz, si se armoniza con
el resto de las elecciones; si hay algo dentro
de ti que te indica que vas bien, o bien, al
contrario,si hay algo que te transmita inquie-
tud... Repite luego el proceso con la segunda
hipótesis. Todo ello en un clima de oración,
de ofrecimiento a la voluntad de Dios, de
apertura al Espíritu Santo.
El peligro, en algunas maneras modernas
de interpretar y practicar el discernimiento,
es el de acentuar los aspectos psicológicos,
olvidando el agente primordial de todo
discernimiento que es el Espíritu Santo. El
fruto concretode esta meditación podría ser
la renovada decisión de confiarnos por ente-
ro a la guía interior del Espíritu Santo, como
una especie de “dirección espiritual”. No
debemos iniciarnos en nada si no es con la
guía del Espíritu Santo. Debemos abando-
narnos a El. Como buenos actores, teniendo
el oído atentoa la voz del que nos sugiere por
detrás, para poder recitar fielmente nuestra
parte en la escena de la vida. Es más fácil de
lo que uno piensa, porque el que nos sugiere
nos habla en nuestro interior, nos enseña
cada cosa, y nos instruye en todo. Basta a
veces con que demos una ojeada interior, un
movimiento del corazón, o una oración.
p. Raniero Cantalamessa (Liberam. de Homilia)
Mensaje del 2 de Mayo de 2009
(dado por la Virgen a través de Mirjana)
“Queridos hijos: Durante mucho tiempo
os he estado ofreciendo mi corazón mater-
nal y a mi Hijo. Vosotros me estáis recha-
zando. Estáis dejando que el pecado os
inunde más y más. Estáis permitendo que
os domine y que os quite el poder del dis-
cernimiento. Mis pobres hijos, mirad a
vuestro alrededor y observad los signos de
los tiempos. ¿Creéis que podéis caminar
sin la bendición de Dios? No permitáis que
la oscuridad os atrape. Desde el fondo de
vuestro corazón clamad a mi Hijo. Su nom-
bre hace desparecer incluso la más intensa
oscuridad. Yo estaré con vosotros, basta
con que me digais: “Aquí estamos Madre,
guíanos”. Gracias”.
El Eco de María
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