Mensaje, 4 de septiembre de 1986


¡Queridos hijos! También hoy los invito a la oración y al ayuno. Ustedes saben, queridos hijos, que con su ayuda Yo puedo hacerlo todo y obligar a Satanás que no siga instigando a nadie al mal y también a que se aleje de este lugar. Queridos hijos, Satanás los acecha a cada uno de ustedes en lo individual. El desea, sobre todo, perturbarlos a todos a través de las cosas cotidianas. Por tanto, los invito, queridos hijos, a hacer que cada uno de sus días sea sólo oración y un abandono total a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

`