Mensaje, 25 de marzo de 1989


¡Queridos hijos! Los invito a un abandono total a Dios. Los invito al gran regocijo y a la paz que sólo Dios da. Yo estoy con ustedes e intercedo cada día por ustedes ante Dios. Queridos hijitos, los invito a escucharme y a vivir los mensajes que Yo les doy desde hace ya varios aos. Todos ustedes están llamados a la santidad, pero ustedes todavía están lejos de ella. Yo les doy mi bendición. Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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