Mensaje, 25 de agosto de 1989


¡Queridos hijos! Los invito a la oración. Por medio de la oración, queridos hijos, ustedes obtienen gozo y paz. Por medio de la oración, ustedes son más ricos en la misericordia de Dios. Por eso, queridos hijos, que la oración sea la vida para cada uno de ustedes. Especialmente los invito a orar de tal forma que todos aquellos que están lejos de Dios puedan convertirse. Entonces, todos los corazones serán más ricos porque Dios reinará en el corazón de todos los hombres. Por eso, queridos hijos, oren, oren, oren! Que la oración comience a reinar en el mundo entero. Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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