Mensaje, 25 de abril de 1990


¡Queridos hijos! Hoy los invito a tomar en serio los mensajes que Yo les doy y a vivirlos. Yo estoy con ustedes, queridos hijos, y deseo que cada uno de ustedes esté cada vez más cerca de mi corazón. Por eso, mis queridos hijos, oren y busquen la voluntad de Dios en su vida cotidiana. Yo deseo que cada uno de ustedes descubra el camino de la santidad y que crezca en ella hasta la eternidad. Yo oraré por ustedes e intercederé por ustedes ante Dios, para que puedan comprender la grandeza de este regalo que Dios me concede, de poder estar con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

`