Mensaje, 25 de julio de 1990


¡Queridos hijos! Hoy los invito a la paz. Como Reina de la Paz, Yo he venido aquí y quisiera enriquecerlos con mi paz maternal. Queridos hijos, Yo los amo y quisiera conducirlos a todos a la paz que sólo Dios da y que enriquece cada corazón. Yo los invito a ser portadores y testigos de mi paz en este mundo sin paz. La paz debe comenzar a reinar en este mundo que no tiene paz y que anhela la paz. Yo los bendigo con mi bendición maternal! Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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