Mensaje, 25 de agosto de 1992


¡Queridos hijos! Hoy quisiera decirles que los amo. Yo los amo con mi amor maternal y los exhorto a abrirse completamente a Mí, a fin de que a través de cada uno de ustedes Yo pueda disponer de los medios para convertir y salvar al mundo donde hay tanto pecado y tantas cosas malas. Por eso, mis queridos hijitos, ábranse completamente a Mí para que Yo pueda llevarlos más y más hacia el amor maravilloso de Dios, el Creador, Quien se revela a ustedes día a día. Yo estoy a su lado y les muestro al Dios que los ama. Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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