Mensaje, 25 de marzo de 1993


¡Queridos hijos! Hoy, como nunca antes, Yo los llamo a orar por la paz, por la paz en sus corazones, por la paz en sus familias, por la paz en el mundo entero, porque Satanás quiere la guerra, quiere la ausencia de paz, quiere destruir todo lo que es bueno. Por eso, queridos hijos, oren, oren, oren! Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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