Mensaje, 25 de julio de 1994


¡Queridos hijos! Hoy los invito a que se decidan pacientemente a dedicarle tiempo a la oración. Querdos hijitos, ustedes no pueden decir que son míos y que han experimentado la conversión a través de mis mensajes, si no están dispuestos a dedicarle tiempo a Dios cada día. Yo estoy cerca de ustedes y los bendigo a todos, queridos hijitos. No olviden que si no oran, no estarán cerca de Mí ni del Espíritu Santo, Quien los guía en el camino a la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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