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www.medjugorje.ws » Eco de Maria Reina de la Paz » Eco de Maria Reina de la Paz 203 (Enero-Febrero 2009)

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Mensaje del 25 de noviembre de 2008:
“¡Queridos hijos! También hoy los
invito en este tiempo de gracia a orar para
que el Niño Jesús pueda nacer en el cora-
zón de ustedes. El, que es sólo paz, done
a través de ustedes la paz al mundo ente-
ro. Por eso, hijitos, oren sin cesar por este
mundo turbulento y sin esperanza, a fin
de que ustedes se conviertan en testigos de
la paz para todos. Que la esperanza fluya
en sus corazones como un río de gracia.
¡Gracias por haber respondido a mi lla-
mado!”
Para que nazca
la Esperanza...
En aquel dia conocereís que yo estoy en
mi Padre, y vosotros en mi y yo en vosotros.
Así les dice Jesús a los suyos (Jn 14,20) y
aquel dia es el tiempo de la acción del
Espiritu de Verdad que Jesús ha prometido a
quien guarde Sus mandamientos (Jn 14, 15-
17). Y San Pablo: estoy crucificado con
Cristo, y ya no vivo yo, es Cristo quien vive
en mi
(Gal 2, 20). Y Maria: ¡Queridos hijos!
También hoy os invito en este tiempo de
gracia a orar para que el Niño Jesús pue-
da nacer en vuestro corazón.
Este es el
misterio escondido desde los siglos y desde
las generaciones......es el mismo Cristo en
medio de vosotros, es la esperanza de la glo-
ria
(Col 1, 26-27). La encarnación de Jesús,
Su nacimiento en el hombre, revela que el
hombre puede contener a Dios.
Ahora ya no hay mas separación entre
hombre y Dios: la criatura está reconciliada
con su Creador. Ahora ya no hay mas distan-
cia entre el hombre y Dios: Dios está en el
hombre. Ahora la Revelación es completa,
es definitiva. Ahora nos toca a nosotros aco-
gerla en plenitud, en toda su dimensión, sin
adaptarla a nosotros, es mas, consintiendo al
Espíritu Santo que nos plasme en Ella. No
basta con llamarnos hijos suyos: hay que ser
hijos suyos, vivir como hijos suyos.
Tampoco basta con imitar a Jesús: debemos
dejarnos vivir por Jesús, ser hijos en el Hijo.
No basta con nuestras capacidades humanas:
hay que llevar una vida sacramental. Los
Sacramentos son una ayuda insustituible,
pero deben ser vividos: no basta con recibir-
los. Son el fruto del sacrificio redentor de
Jesús en la Cruz
pero debemos nutrirnos de
ese fruto, custodiar en el corazón y en el
alma las semillas hasta que germinen, crez-
can y maduren como planta de Vida eterna.
Entonces Jesús estará vivo en nosotros y
Lo llevaremos allí donde vayamos, sin
esfuerzos, sin artificios, de la manera más
simple y natural, como nuestro respirar,
como las palpitaciones que no advertimos
pero que nos mantienen en vida. Oremos
con Maria, invitémosla a orar con nosotros,
para que de verdad, de manera concreta,
Jesús pueda nacer en nuestros corazones.
¿Estamos sucios? No importa: la Mamá nos
limpiará, nos aseará, nos arreglará para que
podamos cumplir lo que nos pide; basta con
que lo queramos de verdad, que lo deseemos
ardientemente. ¿Y cómo podemos no dese-
arlo? La expectación ansiosa de la creación
está esperando la manifestación de los hijos
de Dios
(Rom 8,19) y Maria nos llama para
que Jesús, que es la paz sola, done a través
nuestro la paz al mundo entero.
¿No es
ésta una labor estupenda? Es más, mucho
más: es una labor divina y podemos cum-
plirla sólo si Jesús vive en nosotros. Pero
éste es el deseo de Maria, de Jesús, del mis-
mo Padre, ésto es lo que el Espíritu Santo
espera poder cumplir en nosotros y lo cum-
plirá divinamente en cuanto demos nuestro
libre consentimiento. ¿A que esperamos?
Oremos sin pausa por este mundo tur-
bulento y sin esperanza. La oración ince-
sante, la oración insistente conmueve a Dios,
casi Le fuerza a conceder la gracia solicita-
da. Dilatemos nuestra oración mas allá de
nuestro restringido círculo de amistades has-
ta el mundo entero, seamos testigos de la
paz para todos. El mundo es turbulento y
sin esperanza.
Espera de nosotros la paz,
esa paz que solo El puede donarnos, esa paz
que no existe fuera de El. Esa paz que es el
fin de toda turbulencia, ya que es reposo en
Dios, vida en El. Sea la esperanza la que
fluya en nuestros corazones como un rio
de gracia
que sane y regenere todo lo que
encuentre a su paso (cfr Ez 47, 1-12).
Nuccio Quattrocchi
Mensaje del 25 de diciembre de 2008:
“¡Queridos hijos! Vosotros correís, tra-
bajaís y acumulaís, pero sin bendición.
¡Vosotros no oraís! Hoy os invito a que os
detengaís ante el Pesebre y mediteís sobre
Jesús, a quien también hoy os doy, para
que El os bendiga y os ayude a compren-
der que sin El no teneís futuro. Por eso
hijos poned vuestras vidas en las manos
de Jesús para que El os guíe y proteja de
todo mal. ¡Gracias por haber respondido
a mi llamado!”
Sin Jesús no teneis futuro
Bendecir es una acción divina que da la
vida, cuya fuente es Dios Padre...Desde el
inicio hasta el fin de los tiempos, toda obra
de Dios es bendición
(Catecismo de la
Iglesia Católica, tesis 1078 y 1079).
Implorar la bendición divina sobre alguien o
algo significa exponerlo a la Vida, quiere
decir orientarlo a la plenitud de vida que vie-
ne del Padre. ¡Queridos hijios! Vosotros
correís, trabajaís y acumulaís, pero sin
bendición.
En estas palabras se revela la
amargura de la Madre consciente de que sin
bendición el fruto no es proporcional al
esfuerzo, la vida es una ciega y frenética agi-
tación que consume más de lo que produce,
destruye más de lo que edifica.
Absorbidos por un cada vez más vertigi-
noso presente, perdemos el sentido de lo
transcendente; nos escondemos en el instan-
te presente olvidando el pasado, desintere-
sándonos del futuro. Nos olvidamos de la
esencia profunda de lo que somos, de la
importancia de lo que hacemos, de lo que
vemos, de lo que tocamos, de lo que desea-
mos. Estamos perdiendo el sentido de las
cosas, de nuestras acciones, de lo que es
bueno y de lo que es malo. Mira: hoy pongo
ante ti la vida con el bien, la muerte con el
mal. Si oyes el precepto deYavé, tu Dios, que
hoy te mando, de amar a Yavé, tu Dios,
seguir sus caminos y guardar sus manda-
mientos, decretos y preceptos, vivirás y te
multiplicarás, y Yavé, tu Dios, te bendecirá...
(Dt 30, 15-16).
No se puede entrar en la Vida sin la bendi-
ción de Dios; la alternativa a la bendición es
la maldición (Dt 11, 26-28). No podemos
vivir sin El, sin comunicar con El, osea sin
orar. Orad sin cesar, nos reprende San Pablo
(1 Ts 5,17). Pero: ¡Vosotros no oraís!, nos
dice Maria. Y “no orar” significa no prestar
atención a Dios, no dirigirse a El, no comu-
nicarse con El; en otras palabras, significa
excluirlo de nuestra vida, o lo que es lo
mismo, excluirnos de Su Vida, vivir sin
futuro como hierba que se marchita: a la
mañana florece y crece , a la tarde se corta
y se seca.
(cfr Sal 89 (90)).
Hoy os invito a que os detengaís ante el
Pesebre y mediteís sobre Jesús, a quien
también hoy os doy, para que El os bendi-
E
L
C
ORAZÓN DEL
A
ÑO
P
AULINO
“San Pablo había comprendido que ser jus-
to quiere simplemente decir estar con Cristo y
en Cristo. Y esto es suficiente. No se necesitan
mas observancias... La fe es mirar a Cristo, con-
fiarse a El, engancharse a El, conformarse en El
y a su vida. Y la forma, la vida de Cristo, es el
amor”.
Benedicto XVI
Enero - febrero de 2009 - Editado: por Eco di Maria, Via Cremona, 28 - 46100 Mantova (Italia)
A. 25, N° 1-2; Esd. a. p. art. 2, com. 20/c, leg. 662/96 filiale di MN - Aut. trib. MN: 8.11.86, ccp 14124226
203
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ga y os ayude a comprender que sin El no
teneis futuro.
Tomemos muy en serio esta
invitación. Sobre todo el pesebre: este sim-
ple, humilde y estupendo homenaje a Jesús y
Maria promovido por San Francisco de Asis
en Greccio en 1223, aun hoy expresión de fe
y de oración del pueblo católico; Maria nos
invita a detenernos ante el. Para captar el
profundo sentido, para hacerlo instrumento
de oración, no basta con pasar con prisas ante
el; debemos detenernos ante el pesebre.
Debemos grabar en nosotros lo que expresa,
captar el mensaje, entrar en el Evento.
Os invito a meditar sobre Jesús , a
quien también hoy os doy, nos dice Maria;
no sólo el recuerdo histórico del Evento sino
su renovación de hoy dia. También hoy
Maria nos dona a Jesús. No nos dona un
recuerdo, nos dona a Jesús: podemos recha-
zarlo o acogerlo; pero si Lo acogemos, debe-
mos acogerlo como es El. No como idea,
como programa o como regla, sino como
Dios-hombre, como Dios que viene al hom-
bre, Dios que viene a ti, a mi, para vivir en
cada uno de nosotros. Su Presencia en noso-
tros es su bendición mas grande, estable y
definitiva; rechazar esta Presencia significa
rechazar la Vida; sin El no tenemos futuro,
sin El no podemos hacer nada (Jn 15, 5b).
Acepta , oh Padre, nuestro ofrecimiento en
esta noche de luz, y por este misterioso
intercambio de dones transfórmanos en
Cristo tu Hijo, que ha ensalzado al hombre
junto a ti en la gloria
(Ofertorio de la Santa
Misa de Nochebuena). Estoy crucificado
con Cristo, y ya no vivo yo, es Cristo quien
vive en mi
(Gal 2, 20). Por eso, hijos,poned
vuestras vidas en las manos de Jesús para
que El os guie y proteja de todo mal.
N.Q.
Sigue suscitando vivo interés el año
dedicado a la figura de San Pablo y a su
obra, que como sabemos, constituye uno de
los fundamentos bíblicos sobre el que se
apoya la Iglesia, y en general, el camino de
todo cristiano. Por todas partes se multipli-
can las iniciativas que buscan profundizar en
el conocimiento del Apóstol de la gentes y
de la herencia que nos dejó: un patrimonio
muy valioso del que debemos obtener conti-
nuamente enseñanzas y ejemplo.
Pero sobretodo es en ocasión del aniver-
sario de su conversión, el 25 de enero -
fecha que además cierra el tradicional
Octavario de oración por la unidad de los
cristianos - cuando la Basilica romana de
San Pablo se llenará de feligreses. De todas
partes del mundo confluirán representantes
oficiales de distintas confesiones cristianas
para la celebración de las Visperas solemnes
presididas por el Papa Benedicto XVI.
En su predicación, el Santo Padre nunca
se olvida de citar párrafos de las cartas pau-
linas, como testimonio de la plenitud del
pensamiento de San Pablo y del alcance uni-
versal de su mensaje. Sintetizamos, a conti-
nuación, algunas de sus consideraciones
relacionadas con dos argumentos muy ama-
dos por San Pablo: la segunda venida de
Cristo y la evangelización.
“¡No temaís
la venida del Señor!”
“Frente a la parusia, es decir el ultimo
adviento de Jesús, los cristianos deben
tener tres actitudes:
ausencia de temor,
esperanza y confianza en la misericordia
divina” nos explica el Santo Padre.
En primer lugar, uno de los efectos esen-
ciales de la predicación cristiana en el mun-
do antiguo, como también en el pagano
actual, era la libertad frente al miedo, “el
miedo de los espíritus, de los poderes nefa-
stos que nos amenazan. Cristo vive, ha ven-
cido a la muerte y ha vencido a todos estos
poderes. Vivimos en esta certeza, en esta
libertad, en esta alegria. Este es el primer
aspecto de nuestro vivir frente al futuro”.
En segundo lugar, ha añadido, “en
Cristo, el mundo futuro ya ha empezado,
ésto da también certeza de la esperanza. Sin
Cristo, también hoy el futuro para el mundo
es oscuro, hay mucho miedo del futuro. El
cristiano sabe que la luz de Cristo es mas
fuerte y portanto vive en una esperanza que
no es vaga, en una esperanza que da certeza
y da coraje para afrontar el futuro”.
En tercer lugar el cristiano debe asumir
siempre una actitud de responsabilidad para
el mundo: “Aún trabajando y sabiendo en
nuestra responsabilidad que Dios es juez
verdadero, estamos también seguros de que
este juez es bueno, conocemos su rostro, el
rostro del Cristo resucitado, del Cristo cruci-
ficado por nosotros. Portanto podemos estar
seguros de su bondad y seguir adelante con
gran coraje”. Sólo si la cultivamos en el
corazón, esta esperanza puede hacer “tolera-
bles los sufrimientos del momento presente,
que no son, de todos modos, comparables
con la gloria futura”.
El mensaje fundamental que San Pablo
transmite en la carta a los Tesalonicenses
sobre el retorno de Jesús, mas allá de las
imagenes con las que lo describe, es que
“nuestro futuro es estar con el Señor”;
como creyentes, en nuestra vida nosotros
estamos ya con el Señor; nuestro futuro , la
vida eterna, ya ha comenzado”.
Durante todo el tiempo del Adviento. la
Iglesia en la liturgia ha repetido: “¡Maraná,
thá!” que significa literalmente “¡Señor
Nuestro, ven!”. “¿Podemos nosotros rezar
tambien así?” se pregunta Benedicto XVI.
“Creo que para nosotros hoy dia, en nuestra
vida, en nuestro mundo, es dificil orar since-
ramente para que muera este mundo, para
que venga la nueva Jerusalén,
para que
venga el juicio final y el juez, Cristo....Y aún
así debemos orar para que “el mundo cam-
bie en profundidad, que comience la civili-
zación del amor, que llegue un mundo de
justicia, de paz, sin violencia, sin hambre.
Queremos todo esto: ¿y como podria venir
sin la presencia de Cristo?”.
(de la Audiencia General
del 12 de noviembre de 2008)
“Sólo quien le ha encontrado”
El tema de la evangelización es mas
actual que nunca, en nuestra época, marcada
profundamente por lo que el Santo Padre
llama la plaga del “relativismo”. La capaci-
dad de San Pablo de llevar el anuncio del
reino a todas las gentes, es hoy un requisito
indispensable para hacer caer los muros de
la indiferencia y el desinterés que rodean el
corazón del hombre, defendiendo un indi-
vidualismo siempre más creciente, además
de preocupante. Por ésto, el Papa nos
recuerda cómo el concepto de apostolado de
San Pablo “iba mas allá del que ligaba sólo
al grupo de los doce apóstoles”.
Pero ¿Qué es lo que hace apóstol a un
hombre? Lo explica el Pontífice: “En los
escritos de San Pablo aparecen tres carac-
terísticas principales que forman al após-
tol,
la primera es la de haber “visto al
Señor”, osea el haber tenido con El un
encuentro determinante para la propia vida”.
De hecho, fue justamente desde este
encuentro, que San Pablo inició su misión,
porque quien había perseguido ferozmente a
la Iglesia “no podía continuar a vivir como
antes, ahora se sentia solicitado por el Señor
en el encargo de anunciar su Evangelio en
calidad de apóstol”.
Si bien siempre se consideró indigno,
San Pablo está seguro de su apostolado por-
que “ en él se manifiesta la fecundidad de la
gracia de Dios, que sabe justamente trans-
formar a un hombre desviado en un
espléndido apostol”.
“En definitiva, es el
Señor quien forma en el apostolado, no es la
propia presunción. El apóstol no se forma
el mismo,
sino que es el Señor quien le for-
ma; portanto el apóstol tiene necesidad de
relacionarse constantemente con el Señor”,
subraya el Papa.
“Haber sido enviado”, o lo que es lo
mismo: ser “embajador y portador de un
mensaje”. Ésta es la segunda característica.
San Pablo se define apóstol de Jesús justa-
mente a partir del hecho de que la iniciativa
era sólo de Cristo: “de El se ha recibido una
misión por cumplir en su nombre, dejando
en un segundo plano cualquier interés perso-
nal”.
Por último, dedicar completamente la
propia vida a esta misión, constituye la ter-
cera característica. “Lo de “apostol”, de
hecho, no es, ni puede ser, un titulo honorí-
E N E L A Ñ O D E D I C A D O A S A N PA B L O
E N E L A Ñ O D E D I C A D O A S A N PA B L O
B r e v e m e n t e
* Serán casi un millon las Biblias dis-
tribuidas en este nuevo año por la comuni-
dad ecuménica internacional de Taizé, a tra-
vés de la “Operación Esperanza”. Es “un
signo de amor y de comunión para el pueblo
de China” , ha dicho el Prior de la comuni-
dad, hermano Alois.
* “¡No sólo de pan vive el hombre!”,
advierten los Obispos franceses en un docu-
mento que se opone al proyecto de ley sobre
trabajo dominical. Para los cristianos, sobre-
todo, el domingo es el dia de descanso y
también de la liberación del mal mediante la
resurrección de Cristo. “La asamblea domi-
nical celebra con anticipo el “banquete
celestial” y la esperanza del retorno del
Señor. La Misa dominical expresa, al mismo
tiempo, el sentido y la finalidad de la vida de
los cristianos”, explica el documento.
* “Combatir la pobreza, construir la
paz” es el tema de la Jornada Mundial de la
Paz. En su mensaje el Papa ha explicado que
existe: “Por un lado la pobreza escogida y pro-
puesta por Jesús, y por el otro, la pobreza a
combatir para hacer un mundo más justo y
solidario”. De hecho, “Hay una pobreza, una
indigencia, que Dios no quiere y que debe ser
“combatida”. Para poner fin a esta pobreza
injusta, que oprime a tantos hombres y muje-
res y amenaza la paz de todos, debemos des-
cubrir de nuevo dos valores evangélicos y al
mismo tiempo universales: la sobriedad y la
solidaridad “. En la practica, “no se puede
combatir eficazmente la miseria, si no se redu-
ce el desnivel entre quien derrocha lo super-
fluo y quien carece de lo necesario”.
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Como flores en el jardin
Flores sencillas y poco llamativas pueden llegar a crear jardines esplendidos. Ninguna
otra flor, por muy bonita que sea, consigue hacerlo por si sola. Cierto es que se necesita la
mano experta de un jardinero que las coloque de modo apropiado, en terreno adecuado al
jardin, bien abonado y regado. Pueden ser flores incluso insignificantes, pero, si están bien
colocadas unas junto a otras, llegan a crear una bonita imagen armoniosa. Pero sólo si se
deja “guiar” la flor llega a crecer libremente, desarrollando su máxima capacidad, porque
allí , donde la ha colocado el jardinero, no halla obstáculos como terrenos inadecuados, pie-
dras o cualquier otra cosa que le impida un crecimiento vigoroso y bello. Porque el jardine-
ro se cuida de las flores.
Este jardinero nos envia a otro “jardinero”, al celestial, a Dios, que ha predispuesto un
jardin maravilloso sobre la tierra, si bien formado por “flores” humildes y sencillas como lo
son los seres humanos. Aquí, a las “flores”les ha asignado el “jardinero celestial” un lugar
concreto en función del terreno adecuado para cada una, del riego y del abono que les
corresponde. Aqui, puestas armoniosamente unas con otras, y no aisladas, las “flores” cre-
cen libres y esplendorosas al no ser ahogadas por piedras, zarzas o hierbajos, que el jardi-
nero se ocupa de retirar. Sí, aqui las “flores” son libres de amar con el amor de Dios, de pen-
sar con los pensamientos de Dios, de querer según los deseos de Dios. Aqui, en el jardin de
Dios, el hombre puede experimentar lo que es verdadero. Por esto es libre de amar a todos,
incluso a aquellos que son indiferentes o que le hacen sufrir. No tiene reservas para nadie.
Esto tiene el aspecto de la tierra nueva que hospeda el jardin florido que Jesús, vinien-
do a la tierra, nos ha traido: donde a cada uno, sin “piedras” que obstruyan, se le da la capa-
cidad de amar a todos, si, a todos, con el mismo amor de Dios. Maria nos invita a crecer en
el jardin bello y florido preparado por el Hijo: nos toca a nosotros ofrecer nuestra disponi-
bilidad. Aqui, Maria nos hace crecer como flores espléndidas, si la dejamos obrar.
Mas allá de la apariencia
Un recien nacido, un cuerpo frágil e indefenso son las semblanzas de Dios que viene a
la tierra. Esta es la forma que ha elegido para mostrarnos su amor. Ciertamente Jesús, teso-
ro escondido,
ha considerado ésta como la mejor manera para venir entre nosotros. El es el
Tesoro contenido no en un “florero” valioso y robusto, sino en un forero de creta, frágil y
precario como lo es el cuerpo humano. Hubiera podido elegir un “florero” valioso y resis-
tente y en cambio, no, ha preferido un humilde florero de arcilla, tal vez para darnos a
entender de que lo que parece fuerte y es vistoso, a menudo ofusca el Tesoro, haciéndolo
imposible de hallar.
Y muchas veces, en el pasado, Dios dijo, incluso a través de los profetas, que no mira
la apariencia, sino el corazón (1 Sam 16,7) . Pero el hombre no alcanzó a comprender y
hacer lo que se le pedía: mirar mas allá de la apariencia, para divisar a Dios en la creación,
en las personas de cada dia. De este modo, cada encuentro nuestro con el prójimo puede ser
ocasión de encuentro con Dios. Nos toca a nosotros, ahora, acoger esta posibilidad que se
nos ofrece, este don. Sólo así podremos contemplar la belleza de Dios en la creación, solo
así cada persona, no importa como se presente, será vista como expresión del amor de Dios,
sólo asi podremos agradecer a nuestro Dios por todas sus maravillas.
¡Qué don tan grande! Si lo custodiamos, tal vez, comprenderemos que el amor de Jesús
pasa siempre a través del hermano, sin las preferencias que nosotros hacemos. Podremos
entonces descubrir el Tesoro también donde nunca pensaríamos de hallarlo. Podremos enton-
ces conocer, con corazón humilde, las numerosas ocasiones que se nos ofrecen para encon-
trarnos con el Señor. Entonces, tal vez, descubriremos que Maria ha venido a Medjugorje
precisamente para mostrar el Tesoro, mas allá de toda apariencia. Gracias Jesús porque a tra-
vés de tu venida nos permites encontrarte a ti , que eres Dios, y también a tu Madre,que es
tambien Madre nuestra, mas allá de toda apariencia. Gracias Jesús porque nos das a entender
que sólo el amor que nace de Ti, nos deja ver mas alla de toda apariencia.
P
ENSAMIENTOS
S
ENCILLOS
de Pietro Squassabia
fico. Éste compromete de modo concreto e
incluso dramático toda la existencia del
sujeto interesado”, recuerda el Pontífice.
Por tanto, quien desee ser un apóstol
creíble de Jesucristo debe de pagar perso-
nalmente el alto precio del anuncio:
“Nadie como San Pablo ha evidenciado
cómo el anuncio de la cruz de Cristo tenga
semblante de “escandalo y estupidez”, al
que muchos responden con incomprensión y
rechazo. Esto sucedía entonces, y no debe
sorprendernos que suceda tambien hoy”.
Pero estos sufrimientos no pueden “apla-
star” porque van siempre acompañadas de la
“alegría de ser portador de la bendición de
Dios y de la gracia del Evangelio”.
“Esta es la certeza, la alegria profunda
que guía al apóstol San Pablo en todos estos
acontecimientos: nada puede separarnos del
amor de Dios. Y este amor es la verdadera
riqueza de la vida humana”, concluye el
Pontífice.
Redacción
Una nueva floración
para la astronomía
En 2009 se celebra el cuarto centenario de
las primeras observaciones de Galileo Galilei
gracias al telescopio. Tal evento ha inspirado
a la UNESCO a proclamar el año mundial
de la Astronomía.
Incluso el Papa Benedicto
XVI, en diversas ocasiones, ha recordado esta
iniciativa, subrayando que actualmente asisti-
mos a “una nueva floración” en este campo,
“gracias a la pasión y a la fe de numerosos
científicos, los cuales, siguiendo las huellas
de Galileo, no renuncian ni a la fe ni a la
razón, es más, las revalorizan hasta el fondo,
en su recíproca fecundidad.”
Tal vez no todos saben que Galileo, en el
lejano 1600, había sido condenado, preci-
samente por la Iglesia,
por sus conviccio-
nes sobre la teoria del movimiento de la tier-
ra entorno al sol, que contradecía, según el
Santo Ufficio, lo que estaba escrito en la
Biblia, bajo dictado del Espiritu Santo, es
decir que la tierra era el centro inmóvil del
universo. Fué solo el Papa Juan Pablo II
quien ensalzó la reputación del matemático
florentino después de 300 años de investiga-
ción cientifica.
Hace algunos meses el nuevo Papa ha
retomado el tema: “El pensamiento cristiano
compara el cosmos con un “libro”- así decía
el mismo Galileo - considerandolo como la
obra de un Autor”, según este libro, ha afir-
mado que “la ley fundamental y universal de
la creación es el amor divino encarnado en
Cristo. Ésto debe de entenderse no en un sen-
tido poético, sino real. Esto significa que las
estrellas, los planetas y el universo entero no
son gobernados por una fuerza ciega, no obe-
decen a las dinamicas solo materiales”.
Luego la astronomía está en el centro de
la atención de muchos en la Iglesia: “Entre
mis predecesores de venerada reputacion-
nos ha recordado el Papa - ha habido doctos
de esta ciencia”. Cabe destacar que el
Observatorio Vaticano, fundado en 1578
por Gregorio XIII, es de los más antiguos
observatorios astronómicos.
Pero, ¿Porqué motivo la astronomía
atrae tanto la atención de la Iglesia? Ante
todo vemos como el ritmo de las fiestas reli-
giosas se injerta en los ciclos lunares y sola-
res. La Pascua se asocia al equinocio y al
plenilunio y “la misma colocación de la fie-
sta de Navidad está ligada al inicio del
invierno, cuando los dias, en el emisferio
boreal, comienzan a alargarse” ha recordado
el Papa en una de sus homilías navideñas.
También en el campo de la arquitectura
sagrada la astronomía ha dado siempre su
contributo: “las antiguas catedrales eran ver-
daderas representaciones cósmicas. Su
orientación indicaba los puntos cardenales,
el reloj solar dictaba las horas del dia... Esto
nos recuerda la función de la astronomía
como recordatorio de los tiempos de ora-
ción”, continúa Benedicto XVI.
Hay también otro factor importante.
Mirar hacia el cielo, ayuda mucho al hom-
bre a ponerse en la prospectiva adecuada
frente a Dios, a admitir su propia pequeñez
y a acoger a esa maravilla que conduce a la
verdadera adoración, como les sucedió a los
Reyes Magos de Oriente.
Por tal razón pues, la observación del
universo está considerada por la Iglesia
como un verdadero servicio de alabanza
al Creador:
“Si los cielos “narran la gloria
de Dios”, como dice el Salmo, también las
leyes de la naturaleza son un gran estimulo
para contemplar con gratitud las obras del
Señor.”
Es una gran ocasión para todos noso-
tros, pueblo que camina hacia Dios, dejar-
nos atraer por lo que la Iglesia pueda profun-
dizar en este “año astronómico”, conscientes
de que el nacimiento del Creador del univer-
so sobre la tierra tiene , de hecho, una impor-
tancia cósmica. El misterio de Dios que se
hace hombre, de hecho, responde a la espera
de cada hombre y de toda la creación, como
tuvo ocasión de decir el mismo Papa: “Este
misterio de salvación, además de la historica,
tiene una dimensión cósmica: Cristo es el
sol de la gracia,
que con su luz, transfigura
y enciende el universo en espera... No son
pues los elementos cósmicos los que deben
ser divinizados, sino, al contrario, en todo y
por encima de todo, hay una voluntad perso-
nal, el Espíritu de Dios, que en Cristo se ha
revelado como Amor”.
Redacción
3
Eco 203
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MARIA, ESTRELLA
de la ESPERANZA
de Giuseppe Ferraro
Son muchas las voces autoritarias en la
Iglesia, pero también en la cultura laica, que
hoy en dia coinciden en señalar al mal oscu-
ro que atenaza al mundo, como eclipse
generalizado de la esperanza. De hecho,
estamos cada vez mas desbordados por
multitud de pavorosos espectros con distin-
tos rostros: terrorismo, crisis economica
devastadora, rápida destrucción de los valo-
res morales que parecen amenazar irrepara-
blemente el futuro del mundo y más concre-
tamente de nuestra vida y de nuestros her-
manos más próximos. Incluso las falsas
esperanzas, alimentadas por las grandes
ideologías utopicas del siglo pasado, caye-
ron también de modo dramático, dejando
tras de sí restos de una nada angustiosa.
La agresión espiritual mas aguda parece
ir hoy dirigida a matar la esperanza de los
corazones de los hombres. La Esperanza,
que por su esencial naturaleza va unida a la
Fe y a la Caridad, representa a la expresión
encarnada de la presencia de la Vida de
Dios en las almas de sus hijos. “ Orad,
hijos mios, de manera especial porque
Satanás es fuerte y desea destruir la espe-
ranza en vuestro corazón”
(Mens. 25.8.94).
La Esperanza cristiana, aún iluminando
beneficamente todas las dimensiones del
vivir y del actuar humano, pertenece a un
orden esencialmente distinto de cualquier
otro que esté sujeto a los condicionamientos
de los eventos socio-economicos del mundo.
Ésta, de hecho, tiene un objetivo y un nom-
bre bien definido: la “vida eterna”, la que es
estable, llena de comunión con la Vida y con
el Corazón de Dios y a la que la Reina de la
Paz llama incansablemente a sus hijos desde
hace ya veintisiete años. “Para el cristiano
hay una sola actitud frente al futuro: la
esperanza de la salvación”
(Mens. 10.6.82),
Yo deseo mostraros el camino hacia la vida
eterna”
(Mens. 2.2.90).
Maria es sin duda la verdadera
Madre y Maestra de la Esperanza. Si de
hecho, Abraham ,”tuvo fe contra toda espe-
ranza, y asi llegó a ser el Padre de muchos
pueblos” (Rm 4, 18), mucho mas Maria, en
su “peregrinación en la fe” que culminó a
los pies de la Cruz, fue Madre de los redi-
midos, testimoniando a todas las genera-
ciones cual es la medida suprema de la
esperanza cristiana. De hecho, como pro-
clama la palabra profetica del Concilio
Vaticano II (Lumen Gentium nº 68): “La
madre de Jesus...brilla ahora ante el pueblo
peregrino de Dios como signo de segura
esperanza y de consolación, hasta que lle-
gue el dia del Señor (cfr. 2 Pt 3, 10).
La gracia que Dios hoy dona al mundo a
través de la Reina de la Paz, mas allá de
cualquier valiosa enunciación doctrinal,
choca con la carne y el alma de sus hijos, lla-
mándoles a la experiencia viva de un amor
inimaginable, donado de lo alto, “¡Si supié-
rias cuanto os amo, llorarías de alegria!”
(Mens. 1.3.82). Solamente este íntimo
“conocimiento” del misterio del Amor de
Dios sin medida que brota del Corazón de
Cristo y de Maria nos puede convertir en
verdaderos constructores de esperanza. El
poder “tocar” espiritualmente a través de
Ella el Corazón de Dios; la entera Iglesia
celestial representa de hecho el don mas ver-
dadero y valioso de la gracia de Medjugorje.
La Reina de la Paz nos abre un hori-
zonte de luz que va, por así decir, mas
allá de la Esperanza,
haciéndonos simul-
taneamente saborear toda su plenitud. Ella,
de hecho, hace ya ahora experimentable y
“visible” a nuestro corazón ese misterio de
comunión con la Vida trinitaria que es el
objetivo mismo de la Esperanza cristiana.
“Que la esperanza que se ve, ya no es espe-
ranza. Porque lo que uno ve, ¿Cómo espe-
rarlo?” (Rm 8, 24).
Estamos pues totalmente convencidos
que solo acogiendo sin condiciones este
don extraordinario que Dios ofrece en este
tiempo,a través de la Reina de la Paz, será
posible “abrir las vias de la Esperanza”,de
manera concreta, al mundo de hoy y a la
plena realización de la misión universal de
la Iglesia.
Si nos decidiremos, pues, a responder
sin reservas y en la verdad, a la invitación
de Maria
de hacernos artífices e instrumen-
tos de esperanza para los hombres de este
tiempo, acogiendo y donando a los herma-
nos, por medio de Ella, ese mismo amor del
Cordero celestial que ilumina a la Nueva
Jerusalen, entonces su Corazón Inmacula-
do podrá de verdad triunfar en todo el uni-
verso. Así se podrá ensalzar la plena y defi-
nitiva victoria de Cristo sobre los poderes
de la tiniebla y de las sombras de muerte
que atenazan al mundo: “Orad para que de
vuestros corazones pueda brotar una fuente
de amor hacia cada persona, incluso hacia
quienes os odian y os desprecian. De esta
manera sereís capaces de vencer, con el
amor de Jesús, todas las miserias de este
mundo lleno de sufrimientos, el cual está
sin esperanza para aquellos que no cono-
cen a Jesús.”
(cfr Mens. 25.11.91).
"La esperanza cristiana va mas allá de la legítima espera de una liberación
social y politica, porque lo que ha iniciado Jesús es una humanidad nueva, que pro-
viene "de Dios", pero que al mismo tiempo brota ya en esta tierra nuestra, en la
medida en que ésta se deja fecundar por el Espíritu del Señor. Se trata pues de
entrar plenamente en la lógica de la fe: creer en Dios, en su plan de salvación y al
mismo tiempo comprometerse en la construcción de su Reino. La justicia y la paz,
pues, son dones de Dios pero requieren hombres y mujeres como "tierra fértil",
lista para acoger a la buena semilla de su Palabra.
Primicia de esta nueva humanidad es Jesús, Hijo de Dios e Hijo de Maria. Ella,
la Virgen Madre, es el "camino" que Dios mismo se ha preparado para venir al
mundo. Con toda su humildad, Maria camina al frente del nuevo Israel en el exo-
do de todo destierro, de toda opresión, de toda esclavitud moral y material, hacia
"los cielos nuevos y otra tierra nueva, en que tiene su morada la justicia" (2 Pe,
3,13). A su maternal intercesión confiamos la esperanza de paz y de salvación de
los hombres de nuestro tiempo."
(Benedicto XVI Angelus del 7 de diciembre)
El arte de
habitar el tiempo
de Stefania Consoli
Nuestro Dios ha entrado en el tiempo,
para santificarlo, para hacerlo cosa sagrada y
buena. Cada instante, si es vivido a la luz de
la gracia, contiene migas de eternidad, por-
que en Dios todo se dilata, pierde sus contor-
nos y asume horizontes inmensos, mas allá
de cualquier lógica y medida.
Quien haya experimentado, por lo
menos una vez en la vida, cómo a través de
una sonrisa, una mirada o una palabra, el
amor es capaz de alcanzarnos hasta en lo
mas íntimo y donar a nuestro corazón una
alegria plena, un sentido de satisfacción que
parece no tener ni principio ni fin. De impro-
viso, nos sentimos en paz y armonia con
todo y con todos, todo nos parece positivo y
hasta las adversidades parecen atenuarse. Es
como si el tiempo se parara, y quisiéramos
quedarnos ahí, a gozar de ese rayo de tran-
quilidad.
Dios, el Amor, ha hecho esto entrando
en nuestra historia: la ha llenado de si mis-
mo haciéndola inmortal, transformando en
eterno lo que el pecado había hecho corrup-
to y finito. Es el Amor, en definitiva, la úni-
ca fuerza capaz de trastornar las leyes infle-
xibles del tiempo y del espacio, y así resta-
blecer los equilibrios primordiales.
El hombre, esclavo del reloj que impla-
cable marca el ritmo de compromisos, debe-
res y ocupaciones, se afana, corre, o mejor,
persigue al tiempo que parece huir y no bas-
tar nunca. Quisiera bloquearlo para “poder
hacerlo todo...” ¡Pero no puede! Y entonces,
angustiado, se evade con la mente a paraisos
ideales, en la ilusión de tomarse un respiro,
imaginando una paz que no es tal, sino solo
fantasia.
Huimos del presente, en ocasiones
demasiado estrecho, a veces detestántolo,
pero fácilmente olvidamos que el Infinito ha
venido a habitarlo, para ampliar nuestra cor-
ta visión y proyectar nuestro corazón en el
mas allá que nos espera. El Señor se ha
hecho muy pequeño, para poder entrar en la
humanidad hecha de tierra; pero quiere cre-
cer en nosotros y con nosotros, en el tiempo,
para hacernos seres celestiales.
Quien sabe orar, sabe lo que esto signi-
fica. La oración, la verdadera, nos sumerge
en una dimensión donde todo parece accesi-
ble, “visitable”, si de verdad nos dejamos
agarrar por el Espíritu Santo. Podemos
movernos libremente, de un lugar a otro, de
un tiempo a otro tiempo, siempre que per-
manezcamos estables. Es el alma la que via-
ja... Y mientras saboreamos el gusto de la
plena libertad, la oración nos ayuda también
a pararnos y a valorar las prioridades de lo
cotidiano, para ver bien lo que es inútil y así
escoger sólo lo que es necesario.
Saber gestionar el propio tiempo es un
arte que Dios nos ha dado, ofreciéndonos
una historia que siempre muestra huellas de
la encarnación de su Hijo, venido a visitarla
para donar cuerpo y cumplimiento a toda
acción nuestra. Jesús, principio y fin, alfa y
omega.....
El es el metro con el que medir la
realidad para vivirla con sabiduría, para
valorar cada cosa creada, cada evento, cada
hora nuestra, y amarla como El la ama.
Si la “gloria de Dios es el hombre vivien-
4
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En la entrada de la escuela evangélica
esta hay una inscripción con carácteres
mayusculos: “si no os haceís como niños,
no podreís entrar en el reino de los cie-
los”.
Hacerse como niños... sugerencia apa-
rentemente extraña. A pesar de ello,la única
que permite descubrir y encaminarse tras las
huellas de Dios. Esta escuela enseña a acep-
tar a Dios Trinidad tal como es en su impe-
netrable altura, en su inaudita e inagotable
capacidad de sorprender.
Nace así y brota espontaneamente, la
oración de adoración y alabanza, el canto
del Amén, el Aleluya, el Hosanna. En el mis-
mo momento en que acepto y acojo la oscu-
ridad trinitaria, me dejo envolver y respondo
con el abrazo de mi acogida amorosa que
destruye toda sombra de resentimiento,
impaciencia, nerviosismo y protesta.
De hecho:
AMEN es consentimiento, aceptación,
acogida serena. La felicidad de decir a
Dios: ¡Estoy contento de ser “nada” y que
sólo Tu seas todo!
Es misterioso este Amén bíblico. Es
palabra aramea, judía, griega, latina.Es
Intraducible. Expresa adoración como adhe-
sión incondicional a Dios Trinitario: la men-
te con la fe, la voluntad con la esperanza, el
corazón con el amor. ¡AMEN! Canto deli-
cioso que inicia en el tiempo, espera explo-
tar, sagrado e inmutable, en la eternidad.
¡ALELUYA! Esta es también palabra
sagrada, traída por los Angeles a la tierra,
intraducible. Como mina inagotable ha
entrado, desde la Biblia, en la litur-
gia de alabanza y eucarística de la
Iglesia. Expresa alabanza, aproba-
ción, estima, aplauso, admiración,
exaltación, homenaje, glorificación
de Dios porque es Dios.
HOSANNA es semejante a Amén
y Aleluya:
expresa exulta-
ción,alegria,entusiasmo,consenso.
Alabanza explosiva que ilumina el
tiempo y se extiende incansable hacia la
eternidad.
El Espíritu Santo solicita a los discipu-
los de Cristo que se identifiquen, que se
transformen en Amén, Aleluya y
Hosanna,
dando vida a una incansable ora-
ción de adoración, la oración por exelencia
en la tierra, permaneciendo como tal tam-
bién en la Gloria Celestial.
Se puede recitar donde sea: frente al
Santisimo Sacramento expuesto o contenido
en el tabernáculo del altar, delante del icono
del Crucifijo. En tu misma casa.Sumerjidos
en un bonito y solitario paisaje diurno o noc-
turno. Sentados o caminando. Durante unos
minutos o un largo rato. Con la boca o con
el corazón. Se aclama, se invoca se exalta a
Dios Altisimo, felices de tenerLe presente
en todas partes del mundo, en la Iglesia, en
el alma, en el corazón.
La Biblia viene al encuentro de los
adoradores de Dios Trinidad ofreciendo
la inestimable “mina” de 150 Salmos,
ora-
ciones en forma poética inspiradas por el
Espíritu Santo. Son terreno privilegiado para
una auténtica experiencia de Dios.
Recitando los Salmos, nosotros, Iglesia terre-
na, nos unimos a la Iglesia Celestial para elevar
a Dios un único canto de alabanza, de agrade-
cimiento, de exultación y súplica, en espera del
dia exaltante que no conocerá ocaso.
(de: “Incansablemente” de Lorenzo Netto)
2. Continua
A d o r a c i ó n
y a l a b a n z a
Ésta es la manera de orar mas
glorificante para la Santísima
Trinidad.
Lo comprenderemos tras
experimentar nuestra absoluta inca-
pacidad de elevarnos y entrar en el
misterioso mundo divino, si no es
Dios mismo quien toma la iniciativa.
Santos y Santas (hombres y
mujeres, expertos en los secretos tri-
nitarios) enseñan que la realidad
divina es de una luminosidad tan intensa que
deslumbra, tan provocativa que produce
tiniebla absoluta y cegadora. Esto es porque,
cuando Dios se revela y habla, permanece
siempre como Aquel que es, inefable, tras-
cendente, sublime , misterioso, ¡Otro!
En efecto, a lo largo de toda la extensión
de esa inmensa biblioteca que es la Biblia
(Antiguo y Nuevo Testamento), Dios se
revela a través de palabras, términos, expre-
siones, e imagenes que parecen contradecir-
se unas con otras. Los símbolos y las imáge-
nes dan la sensación de borrarse mutuamen-
te. De hecho: Dios es misericordioso,
paciente, suave,delicado,dispuesto al per-
dón... pero es igualmente justo, exigente,
arrollador, violento. Cordero y león... amigo
y ladrón... amante y juez. Sorprendente.
Siempre un poco más allá, un poco mas alto
de lo que pudiera yo fantasear.
Palabras, expresiones, imágenes y
simbolos trinitarios son todos verdaderos
en si mismos.
Cada uno manifiesta una cua-
lidad real. Son enormes ventanas abiertas de
par en par hacia inimaginables y extraordi-
narias vistas. Y, a pesar de ello, se quedan
absolutamente inadecuadas, impotentes e
incapaces de expresar (cada una) la realidad
trinitaria, que trasciende infinitamente la
razón humana. El lenguaje bíblico es volun-
tariamente oscuro y aparentemente contra-
dictorio. Confunde la sabiduría presuntuosa,
la ambición arrogante de cualquier ciencia y
cultura humana.
A
PRENDER LA
O
RACIÓN
BENEDICTO XVI
“El Rosario
es oración contemplativa”
“Debemos experimentar personal-
mente la belleza y la profundidad de esta
oración, sencilla y accesible a todos” expli-
ca el Santo Padre al terminar la oración del
Santo Rosario, recitado en la Basílica de
Pompeya, dedicada precisamente a la Virgen
del Rosario. “Es necesario, ante todo, dejar-
se guiar por la mano de la Virgen Maria para
contemplar el rostro de Cristo: rostro gozo-
so, luminoso, doloroso y glorioso. Quién
custodia y medita, como Maria y junto a
Ella, asiduamente los misterios de Jesús, asi-
mila cada vez más sus sentimientos y se for-
ma en El.
El Rosario es escuela de contempla-
ción y de silencio. A primera vista, podría
parecer una oración que acumula palabras,
dificilmente pues conciliable con el silencio
que precisamente se nos recomienda para la
meditación y la contemplación. En realidad
ésta acompasada repeticion del Ave Maria
no turba el silencio interior, es más , lo atrae
y lo alimenta.
Análogamente a lo que sucede con los
Salmos cuando se recita la Liturgia de la
Horas, el silencio aflora a través de las pala-
bras y las frases, no como un vacío,sino
como una presencia de sentido último que
transciende las mismas palabras y junto con
ellas, habla al corazón. Asi , al recitar las Ave
Maria
debemos poner atención a que nues-
tra voz no “cubra” la de Dios, el cual habla
siempre a través del silencio, como “el susu-
rro de una brisa ligera” (1 Re 19,12). ¡Qué
importante es pues conservar este silencio
lleno de Dios tanto si es recitado personal-
mente como en comunidad! También cuan-
do es recitado por grandes congregaciones
es necesario que se perciba el Rosario como
oracion contemplativa, y esto no puede dar-
se si falta un clima de silencio interior.
El Rosario es oración contemplativa
accesible a todos: grandes y pequeños, lai-
cos y clérigos, cultos y poco instruidos. Es
vínculo espiritual con Maria para permane-
cer unidos a Jesús, para formarse en El, asi-
milar sus sentimientos y comportarse como
El se ha comportado.
El Rosario es “arma” espiritual en la
lucha contra el mal, contra toda violencia,
por la paz en los corazones, en las familias,
en la sociedad y en el mundo”.
(Pompeya, 19 de octubre de 2008)
te”, entonces, el vivir nuestro tiempo con
pasión e intensidad, con respeto y conscien-
tes de la oportunidad ofrecida, significa hon-
rar al Autor del tiempo y de la eternidad.
“Quiero hacer las cosas ordinarias de
manera extraordinaria”, escribía Santa
Teresita del Niño Jesús. Pero ésto es posible
sólo si llevamos en el pecho el mismo cora-
zón que el Amado, buscando Su rostro en
cada cosa, mirando con Sus ojos, decidiendo
con Sus criterios. Sin correr, para no dejar
escapar el gusto de la vida. Si aprendemos a
escoger siempre lo esencial, podremos
entonces descubrir también lo que las prisas
a menudo nos esconde: detalles tal vez sen-
cillos, pero únicos y portanto, bellos.
Nuestro Dios ha entrado en el tiempo.
Ha entrado por Maria. Una mujer entre las
mujeres, pero amplia por dentro, hasta el
punto que la Immensidad ha hecho morada
en Ella: una cuna para nacer, un nido en el
que crecer, una madre para hacerse hombre.
Y para vivir en el tiempo, en la pequeña
Nazareth, donde sólo el amor sacrificado
marcaba las jornadas.
Promesas
pra quien reza el Rosario
Los pecadores obtienen el perdón
las almas sedientas se sacian;
los que lloran encuentran la alegría;
los que son tentados,
la tranquilidad;
los pobres son socorridos;
los religiosos, enfervorizados;
los ignorantes, instruidos;
los vivos vencen la vanidad;
y las almas del purgatorio
encuentran alivio".
San Luis María Grignion de Montfort
5
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Sucede en Medjugorje...
De los apuntes de
Halina
U
N
P
UENTE SEGURO
Al comienzar diciembre muchos italia-
nos han aprovechado los 4 dias de vacacio-
nes, llamados “Puente de la Inmaculada”.
Se trata de un fin de semana largo que
comienza con la fiesta de San Nicolás de
Bari y culmina con la Solemnidad de la
Inmaculada.
San Nicolás es el patrón de los marine-
ros, y en esos dias era muy necesario un pro-
tector así para los que vinieron desde Italia
a través de un mar especialmente agitado:
un valiente viaje para festejar en
Medjugorje a la “Virgen Madre, hija de tu
Hijo, humilde y alta mas que criatura...”
(Dante Alighieri).
Con su peregrinación, estas personas en
realidad han construido un buen “puente”
sobre el mar, realizando así el arco de la
bendición
celestial, que les ha acompañado
en el viaje. Una bendición que habian
implorado a través de oraciones, sacrificios
y renuncias. Interesante arquitectura...
E
N EL
C
ÁNTICO DE LA
A
URORA
En la liturgia del Aviento se denota
mucho el carácter mariano, y esto no debe-
ria sorprendernos dada la función especifica
de Maria en el misterio de la Encarnación
del Hijo de Dios.
En Medjugorje, como de costumbre, se
celebran misas votivas dedicadas a la
Santísima Virgen , llamadas “Rorate” o
también : “Misas de la aurora”. El término
latino “rorate” esta tomado de la Antifona
del comienzo de la Misa: “Rorate caeli
desuper...”
osea: “Emanad desde lo alto, oh
cielos, vuestro rocio”.
A las seis de la mañana jovenes y niños,
sobretodo, se reunen antes de ir al colegio,
en la iglesia para cantar con gran entusias-
mo, al son de las guitarras, flautas y otros
instrumentos a veces improvisados, para
acompañar la celebración eucarística. La
gente acude numerosa y trae consigo un
corazón despierto y lleno de esa tipica ale-
gria de la gracia del Adviento.
La presencia de tantos feligreses no nace
solo del deseo de mantener viva una bella
tradición, sino de la concienciación de
aprender de Maria el saber esperar a Cristo,
saber escuchar Su palabra y entrar en el
cumplimiento de la voluntad de Dios. Maria
es Madre de Cristo porque está abierta al
Verbo de Dios, porque acoge con todo el
corazón la voluntad del Padre y se sacrifica
plenamente en la obra de su Hijo... ¡Ella es
la AURORA del SOL desde lo alto!
“No importa si mujer eres u hombre
porque ahora de nuevo
todos somos hijos de un Dios;
hijos como Aquel que nace de la Virgen
Aquel que por nuestra salvación
se ha hecho hombre...
El, luz de Luz verdadera,
ilumine nuestros corazones
y con Su deslumbramiento
extermine toda tiniebla.”
¿Q
UIÉN SON LOS VERDADEROS
H
ABITANTES DE
M
EDJUGORJE
?
Una vez, pasando por la calle frente a la
iglesia de Santiago Apóstol, me he pregun-
tado: “¿Quién son los verdaderos habitantes
de Medjugorje?”. Aqui vive gente de
Hercegovina y también algunos extranjeros
que trabajan aqui: también ellos son ciuda-
danos de este lugar, junto con sus familias...
Pero de repente me vinieron a la memo-
ria las palabras de Jesús: “¿Quién es mi
madre y quién son mis hermanos?...Mi
madre y mis hermanos son éstos, los que
oyen la palabra de Dios y la ponen por
obra”
(Lc 8, 21). Sí, existen los familiares
de sangre, pero el Maestro muestra otro vin-
culo: el vinculo del Espíritu Santo...
Y de nuevo me repetí la pregunta, pero
esta vez un poco mas ampliada: “¿Quién
son
los verdaderos
habitantes de
Medjugorje, quién los verdaderos herederos
de esta gracia que ha sido donada al mundo
entero?” ¿No son tal vez aquellos que escu-
chan y que se dejan sacudir por la invitación
de la Reina de la Paz? ¿No son tal vez aque-
llos que abren su corazón a la conversión
verdadera, profunda y eficaz? ¿No son tal
vez aquellos que, por esto, generan frutos de
paz, reconciliación, misericordia, no impor-
ta donde estén o lo que hagan? ¿No son tal
vez aquellos “nacidos” aquí, donde Maria, y
que la han acogido como Madre y Reina?
Por último me puse otra pregunta:
“¿Estoy también yo entre ellos?” . Y son-
riendo, respondí: “Tal vez, pero hay tanto
por hacer ...entonces: ¡Manos a la obra!
Mensajes a Mirjana
2 de diciembre de 2008
“Queridos hijos, en este tiempo sagrado de alegría expectante, Dios ha elegido a
los más pequeños para llevar a cabo Sus grandes proyectos. A través de vuestra
humildad, Dios hallara Su hogar en vuestras almas.Vosotros debéis iluminarle con
vuestras buenas obras, y así, con un corazón abierto recibiréis el nacimiento de mi
Hijo con todo amor y generosidad. Gracias, mis niños”.
2 de enero de 2009
“Queridos hijos, a pesar de que una gran gracia del cielo os es prodigada especial-
mente, vuestros corazones permanecen duros y sin respuesta.Hijos mios, ¿Porque
no me entregaís completamente vuestros corazones? Sólo deseo poner en ellos paz
y salvación: poner a mi Hijo. Con mi Hijo, vuestras almas alcanzarán nobles metas
y nunca se perderán. Aún en la mayor oscuridad encontraréis el camino. Queridos
hijos, decidiros por una nueva vida con el nombre de mi Hijo en vuestros labios.
Gracias”.
Padre Jozo:
Nada es mas importante
que un corazón que ora
“Cada mensaje de la Virgen es un don
especial y una solemne fiesta en el corazón
y en el alma. La madre habla. Sí, la Madre
de mi Dios pone fin al silencio de su corazón
y habla a sus hijos, educándoles e inspirán-
doles mediante la gracia.
Yo estoy siempre sinceramente agradeci-
do por cada mensaje, por cada palabra y por
cada peregrino que honra a la Reina de la
Paz, por cada apóstol de sus mensajes. Pero
el corazón del mensaje de Maria es sólo uno:
la oración. Nada es mas importante que un
corazón que ora. No he hecho nada bueno en
una jornada si no la he consagrado y llenado
con la oración y las buenas obras.
Mi jornada tiene 24 horas. El actual rit-
mo de vida nos empuja a vivir una vida fre-
nética y agobiante, y a tener la sensación de
ir siempre con retraso. El tiempo me arrastra
como un rio, y me parece de no ser libre. Es
como si no tuviera tiempo para nada ni para
nadie.Todo esta lleno, y a la vez vacio; todo
es una carrera incansable sin frutos.
La Reina de la Paz me invita a llenar mi
jornada con breves y fervientes oraciones.
Así por ejemplo, cuando conduzco yendo al
trabajo, si no estoy en condiciones de recitar
el rosario, puedo en cambio orar con breves
y fervientes oraciones. Mientras ordeno mi
habitación o mientras preparo el almuerzo
en la cocina, debo aprender a mirar al
Crucifijo o la imagen de la Beata Virgen
Maria y con breves oraciones e invocacio-
nes, ofrecerme donándome por entero a
Dios. Aunque mi oración sea breve, ésta es
capaz de abrir el corazón para que pueda
recibir gracias especiales del Señor.
Acordémonos de las breves oraciones
con el corazón de nuestros santos que usa-
ban para mantenerse en contacto con Dios.
San Francisco de Asís estaba constantemen-
te sumergido en un único pensamiento y
oración: “Mi Dios y mi Todo”. De este
modo transcurría dias y noches en unión con
Dios. La breve y ferviente oración con el
corazón abre y eleva nuestros corazones a
Dios, quien nos da la fuerza y la gracia nece-
saria para la vida cotidiana.
Estamos llamados a testimoniar la pre-
sencia y el poder de la gracia, y de este
modo ayudar a todos los que se dejaron caer
en el mal. No podemos decir que no tenemos
tiempo porque eso significa que no amamos.
La Virgen nos llama para alejar y derrotar al
poder del maligno, entre nosotros.
Escuchémosla a Ella que está con nosotros e
intercede por cada uno de nosotros.
Padre Jozo
Señor Jesús, vivimos en tiempos
en los que se ensalzan la eficiencia,
la programación,el resultado tangible.
Ésta no es la lógica de tu evangelio
y por esto ¡Te damos gracias!
Permanecemos en nuestro surco,
maceramos en el silencio,
maduramos en lo escondido,
seguros de que éste es el único camino
“eficiente” que produce y sigue creando
un sorprendente dinamismo de amor!
Hermano Michael Davide
6
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D
ESDE
P
OLONIA
A
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EDJUGORJE
,
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IE
para implorar la reconciliación
La señora Katarina Bednarczyk
Sieminska (de 55 años de edad) de
Kazimierz Dolny, cerca de Lublino, ha veni-
do a pie desde Polonia hasta Medjugorje,
caminando durante 62 dias. Ha hecho esta
peregrinación con las manos vacias, confian-
do sólo en la Providencia de Dios, llevando
una cruz, el breviario y un mapa geográfico.
La intención de la oración de esta pere-
grinación era la paz del mundo, la reconci-
liación de toda la humanidad, que en Dios
constituye una sola familia. Katarina esta
casada con un pintor y no tiene hijos.
Escuchamos su testimonio:
“He venido a pie a Medjugorje porque la
Madre y Reina de la Paz se aparece en este
lugar. Esta claro que Ella está en todas par-
tes, pero aquí esta presente de manera espe-
cial. Maria Santísima desea prepararnos para
el encuentro con Jesús y con Dios Padre.
Vivimos en un periodo difícil, y pienso
que ha llegado el tiempo de la reconciliación
de toda la humanidad. He recibido esta
intención en el corazón mientras oraba.
Nosotros somos todos hijos de Dios y debe-
mos encontrarnos entre nosotros. La huma-
nidad se halla como en el dolor del parto.,
¡Debemos ser conscientes de ello!
Todos los hombres son nuestos herma-
nos, por eso no llevé ni pan, ni agua: he que-
rido consciente e intencionalmente depender
de todos los que me iba a encontrar, confian-
do solo en su bondad. A menudo me han
ofrecido comida para la siguiente etapa,
pero yo no la he aceptado. Es bello pedir, y
pedir de nuevo... Las personas son felices
cuando pueden dar algo; es en ese momento
cuando las sentimos como familia nuestra.
Dios obra a través de ellos.
Alguna vez he sido también rechazada,
¡Sorprendente...!
Concluimos la narración de Davide, el
jóven que se ha reencontrado con la fe en
Medjugorje, tras permanecer largos años
en el frio subsuelo de la droga.
La procesión de la alegria
“Llegó la noche de la procesión por las
calles de Medjugorje. “¡Que aburrido!”, me
dije, imaginando las tristes procesiones que
se hacen en mi pais: cabizbajos y rosario...
¡Que monotonía!”. ¡Era mejor tomar una
pizza! La circunstancia quiso, en cambio,
que justo al terminar la cena, en la calle
comenzó a transitar la procesión. Delante
nuestro desfilaban jóvenes de todas partes
del mundo llevando cada uno la bandera de
su país: austriacos, suizos, italianos, croa-
tas,americanos, coreanos... algunos canta-
ban, otros tocaban instrumentos y muchos
¡Incluso bailaban! ¡Carajo! - me dije- ¡No es
la típica procesión! Estos no lloran, ¡Sino
que disfrutan! Sólo un instante de perpleji-
dad me freno de lanzarme adentro, pero des-
pues decidí degustar todo lo que Medjugorje
me estaba donando, y me lancé en medio de
esta multitud interminable de jóvenes...
Disfrutaba con ellos, aún si conocerles,
y además sin conocer sus idiomas; me pare-
cía de verdad caminar junto a muchos her-
manos. Todos con el único amor, Maria.
Tenía la sensación que esta enorme cola de
miles de personas, formara un único cuerpo.
Caminamos durante varios kilometros y
no me di ni cuenta. Era increíble, durante la
procesión había sentido el mismo escalofrío
de exaltación que te da la droga, ¡Pero ésta
vez era solo una sensación! Lo que en cam-
bio estaba notando, era pura realidad. Tenía
también la impresión de que la Virgen me
había dado la mano para caminar junto a mi.
Ha sido la cosa mas entusiasmante de toda
la peregrinación. Durante toda la noche pen-
sé en todo lo que habia sentido y apenas
pude dormir...
¡Nuevos Horizontes...
resplandecientes de sol!
Al dia siguiente, otro encuentro impor-
tante me esperaba:la Comunidad de los
Nuevos Horizontes. Hospeda a chicos que
salen de la drogodependencia. Había ya
oido hablar de ello en la televisión y quedé
ya entonces impactado.
Apenas llegué, me fijé en el rostro de
estos jóvenes: tenían la mirada resplande-
ciente como el sol... Le conté mi historia a
dos de ellos y luego escuché sus experien-
cias. ¡Qué impresionantes! Estos chicos
habian padecido mucho sufrimiento y penu-
rias terribles, peores que las mias. Pero aho-
ra eran personas nuevas, vacias de la putre-
facción creada por la droga. Era increible
ver como estos chicos se habían decidido
por la belleza de la vida. Habian entrado
como cadáveres y ahora , gracias a la ora-
ción, a la fe y al trabajo, tenían una vida
nueva bajo la protección divina de la Virgen.
En fin, ¡No era la típica comunidad con aires
de cuartel! Sentía casi cierta envidia al ver
su manera de estar juntos, llenos de amor el
uno por el otro... Era bonito ver sus rostros,
al principio seguro que oscuros, y ahora bri-
llantes como diamantes gracias a la interce-
sión de Maria. Esos testimonios me han
empujado a creer todavía mas....
“¡No te lances!”
Durante el Festival de jóvenes se pueden
escuchar diversos testimonios de jóvenes a
los que Medjugorje les ha cambiado la vida.
Recuerdo en especial uno que me impactó
en lo profundo de mi alma, tal vez porque
por ciertos aspectos era parecido al mío, si
bien bastante mas fuerte.
Era el testimonio de un jóven que en el
pasado habia sido una estrella de rock de
mucho éxito. Se hizo millonario con la ven-
ta de sus discos, poseía enormes propieda-
des y llevaba una vida muy acomodada.
Estaba peró atormentado porque se sentía
infeliz, es más, estaba profundamente depri-
mido. A pesar de la popularidad, de las
mujeres, de las amistades influyentes y de
tanto dinero, seguía preguntandose porque
no era feliz. Estaba tan apenado que una
noche se arrimó al balcon del tercer piso de
su mansión con la intención de suicidarse.
Pero justo en el momento de irse a tirar, algo
misterioso le retuvo... Se puso a llorar, a llo-
rar fuerte y se acordó de la Virgen Maria.
Hecho bastante insólito, ya que su vida gira-
ba sólo entorno al sexo,a la droga y al rock
and roll....
Se decidió entonces a descubrir qué es lo
que quería esta Mujer que le había impedido
quitarse la vida, y partió hacia Medjugorje.
Allí la Virgen lo forjó con ternura. Su cora-
zón y su conciencia, que hasta entonces eran
inexistentes, ahora ardían de amor por
Dios...pero lo que resultó mas excepcional es
que ¡Este jóven se hizo después sacerdote!
“¡Carajo!” pensé, “¡Nada es imposible
para Dios! Un chico sin Dios se hizo porta-
voz de Dios. ¡Qué gran testimonio!
¡Cuántas son las personas de éxito en el
mundo que caen en depresión! Tienen de
todo en abundancia... Si se decidieran a
abrir la puerta a Cristo, cuánto menor sería
el sufrimiento...”.
Mis pecados, como la nieve al sol
Una última fuerte experiencia me espe-
raba para completar mi recorrido de sana-
ción interior. Ocurrió al terminar una Santa
Misa. Había muchos sacerdotes en el altar y
comenzaron a impartir una serie de bendi-
ciones, pero antes de recibirlas, había que
pedir interiormente perdón por todos los
pecados que iban nombrando...
Me quede helado por la profundidad de
esas bendiciones y por las verdades que
ellos decian: ¡Yo había cometido todos esos
pecados! Normalmente no me gusta que la
gente me vea llorar, pero el impacto fue muy
fuerte y ¡lloraba... lloraba... lloraba!
Pedi perdón por todas mis faltas hacia
Dios, hacia mi mismo y hacia el prójimo y
sentía cómo el Señor poco a poco me absol-
vía. Lloraba también porque me sentía tan
pequeño frente al Señor, que sólo te pide
arrepentimiento, para luego perdonarte...¡
Verdadero fulgor de Paraiso!
La salida estaba prevista para el dia
siguiente. Caí en amargura, mezclada con la
inseguridad de volver a casa, porque sabía
que me iba a encontrar con muchas tentacio-
nes. Quería quedarme mas tiempo....
¡Quien se para está perdido!
Volver a la propia realidad del dia a dia
y tratar de continuar el camino iniciado en
Medjugorje no es tarea fácil, porque el
maligno trata de hacernos olvidar las sensa-
ciones experimentadas, reduciéndolas a un
breve paréntesis ya lejano. Debemos siem-
pre tratar de recordar lo que hemos vivido
alli y evitar las muchas distracciones que
hallamos cotidianamente. Cuando estamos
en Medjugorje, oras casi de manera espontá-
nea, pero en casa es muy distinto. Debemos
pues regalarnos tiempo para orar, aunque de
vez en cuando pueda pesar el tomar el
Rosario en la mano...
¡Lo queramos o no, éste es un medio
muy importante que nos pone en contacto
directo con Maria! Si aflojamos, poco a
poco perdemos la fe. Lo he experimentado
en el pasado: ¡Quien se para esta perdido!
Oremos, aunque no tengamos muchas
ganas, porque a quien pide se le dará... A
menudo tenemos la sensación de que Maria
y Jesús estan lejos; pero no es cierto, ¡Ellos
están junto a nosotros, somos nosotros los
que no percibimos su presencia porque nos
dejamos distraer por el mundo!
Si con este mi testimonio lograré que
renazca la fe de algún joven - sobretodo si
tiene un pasado como el mio - estaré de ver-
dad muy orgulloso, porque entonces mi exis-
tencia no habrá sido vana, habra dado fruto!
Un fruto que casi ya creia muerto dentro de
mi, y que Maria ha desenterrado haciéndome
sentir todo su amor, haciéndome entender
cuánto importante soy para Ella.
¡Oremos! Porque nada hay imposible
para Dios...
Davide (fin)
7
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Villanova M., 25 de Enero de 2009
Resp. Ing. Lanzani - Tip. DIPRO (Roncade TV)
¿Nos fiamos
del Omnipotente,
o no?
Como nos enseña el libro de Job, todos
estamos sometidos por Dios a pruebas más o
menos duras para que se ponga en evidencia
nuestro grado de confianza en El. El es el
Omnipotente, pero a la vez impotente frente
a nuestra voluntad. Pues bien, quien cree en
la omnipotencia y en el amor de Dios será
satisfecho en pleno (con el céntuplo) porque
pone a disposición (y anula) su propio yo y
su propia voluntad.
¡Esto significa anteponer a Dios con los
hechos, y no con las palabras! Éste es tam-
bién el paso mas difícil, pero es la prueba
decisiva por parte nuestra. Ésto es también
el máximo de lo que podemos donar a Dios:
en total confianza, abandonarnos a El en
todo y por todo. Los Santos han conseguido
dar en plenitud este paso.
Si no nos abandonamos a Dios, nos fia-
mos de nuestras fuerzas y satanás consigue
ejercer su potencia porque nos hacemos vul-
nerables a sus ataques. San Pablo nos habla
de que nos vistamos con esa coraza,que no
es una invención humana, sino que puede
ser una defensa divina. ¿Y cómo no va a
defender Dios al que se abandona a El?
Somos siempre llamados a la prueba
profunda de nuestra fe, a la que debemos
contestar con abandono y confianza: he aquí
la clave de todo. Debemos abandonarnos en
un Algo que no vemos y no tocamos (impo-
sible para nosotros pequeños humanos,
hechos de carne y hueso), pero que sentimos
en lo íntimo de nuestro corazón; en algo que
está y que nos llena con dulzura indescribi-
ble cuando nuestra actitud esta en armonía
con Dios: he aquí la parte espiritual que nos
une a El, porque Dios es solo Espíritu. La
carne nos da vida material y tiene su historia
limitada, el espíritu es la parte del hombre
que le une a lo Sobrenatural. La libre volun-
tad del hombre es el amalgama entre estas
dos partes y si la donamos a Dios, es El mis-
mo quien las funde y las une; y cuanto mas
perfecta es esa fusión, más somos del Señor
y más fuertes seremos para resistir los ata-
ques del Maligno.
El hombre de hoy no debe fundirse en
las mayoria, en la masa y ahogarse en ella...
sino que debe detenerse, reflexionar y deci-
dir individualmente. He aqui el punto clave:
el hombre es lo importante y no la mayoria,
la masa; y cuánto más reflexione mas se
convencerá de ser hijo de Dios. Como con-
secuencia de ello, su propia actitud cambia-
rá y la parte espiritual podrá finalmente
emerger y actuar. Tratemos de hallar una
salida segura de las tinieblas que inquietan
al mundo.
Antes del pecado original, la armonía de
la creación era perfecta. Ésta debería de ser
la meta de todos los hombres: a fin de cuen-
tas todos la buscamos, pero por desgracia,
casi siempre con medios humanos, cuando
solo es Dios quien nos puede conducir a ella.
Dejémonos tomar de la mano por El. El
abandono es el camino estrecho... pero es el
único camino, la única salida.
Hermann Zagler
(Colaborador para el Eco en lengua alemana)
Los Lectores escriben...
Padre Stanislao de Pula (Croacia) -
Queridos hermanos, queridos amigos, os
agradezco de todo corazón por el boletín
“Eco” que recibo habitualmente y que reco-
miendo a mis amistades que lo reciben en
lengua italiana. La Reina de la Paz os
recompense abundantemente. En Eco
encuentro siempre informaciones y ejem-
plos edificantes. ¡Ánimo! Un saludo cordial.
Francesco Garrubba y Milena Iaschi,
de Noceto (Italia) - Os pedimos cortesmen-
te si podeís enviarnos algunos ejemplares de
vuestro maravilloso periódico, el Eco de
Maria Reina de la Paz. Quisieramos comen-
zar a divulgarlo en nuestra parroquia y entre
nuestras amistades. Somos de verdad entu-
siastas de esta publicación vuestra. Contad
con nuestra oferta económica y la de otros,
para sustento de vuestros gastos.
Mario, desde Italia - Continuad así, el
Espiritu Santo sabrá guiarnos a todos porque
Eco es instrumento útil de Maria. Gracias por
lo que hacéis, yo el Eco lo mando a Africa por
email y me estan muy agradecidos.
Ermanno Polla, de Bolzano (Italia) -
Mi esposa y yo hemos ido 5 veces a
Medjugorje desde 1990, a intervalos regula-
res, para “recargarnos” porque allí comenzó
nuestra “conversión”, especialmente para mi
esposa. Pero debo deciros con gran sinceri-
dad que si no hubiéramos tenido, en ese
tiempo, el Eco de Maria que nos mantenia
unidos como una lapa a esa tierra bendita y
al ambiente que solo allí se respira, hubiéra-
mos tenido dificultades en perseverar en el
camino indicado por Maria en sus mensajes.
Vuestros articulos son muy profundos,
son argumento de meditación, siempre res-
petuosos con el Magisterio de la Iglesia...
Cada dos meses descargo el Eco de internet
y cuando he podido, os he enviado un dona-
tivo.
pero también esa ha sido una bonita expe-
riencia. ¡Cuántas veces Dios nos toca a la
puerta de nuestro corazón y nosotros le
rechazamos, y no le acogemos! Entonces,
también nosotros debemos humillarnos,
como El, y tocar mas veces...
Encontramos a Jesús también en aque-
llos que no tienen casa y en los pobres, y si
no le reconocemos es que de verdad
¡Estamos ciegos! A veces alguien quiere
robarnos algo. Debemos permitir tambien
esto...No cerremos el corazón: ¡Abrámoslo
de par en par! Las personas serán menos
agresivas...
Cuántas son las veces que queremos ser
mejor que los demás, pero Dios desea sim-
plemente que seamos buenos; ¡Ser bueno no
significa ser mejor que los demás! Pidámos
al Señor que nos abra nuestro corazón, por-
que nosotros no podemos cambiar solos. Por
esto debemos orar los unos por los otros.
En mi casa no somos pobres. Mi marido
es pintor y me ha dado el dinero para el via-
je, pero yo lo he dejado en Polonia. Si que-
remos preocuparnos por nosotros mismos,
entonces Dios no puede ocuparse de noso-
tros. ¡Debemos experimentar que El nos cui-
da en todo!
Esta experiencia me ha hecho sumamen-
te feliz. Me duele por todos aquellos que no
creen en Dios: ¡Piensan que todo lo deben
hacer ellos solos y por eso no pueden hallar
la paz!
Hace algunos años peregriné a pie hasta
Czestochowa cargando con 25 kgs en la
espalda: llevaba de todo... Entonces pensaba
de necesitarlo; ahora he comprendido qué
ridiculo era eso. Maria me ha dicho con cla-
ridad: si quieres seguir a mi Hijo, no necesi-
tas nada. El se ocupará de ti.
He dormido en familias o en casas parro-
quiales. Desde Polonia he pasado a través de
Eslovaquia, Hungria y Croacia, y luego de
Bosnia. He atravesado las regiones en las
que viven los Musulmanes.He hablado con
ellos. No saben que Dios es Padre, y es el
mismo para todos. Pero estaban contentos
de que fuera a Medjugorje. Me han dicho
que desean paz , paz , y solo paz”.
“¡Tu, Oh Señor,eres nuestra esperanza;
no seremos confundidos eternamente!”
(de la oración del Te Deum)
El Eco de María
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que pueden hacerse
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Llamados a
“formar” profetas
“No penseís que he venido a abrogar la
Ley o los Profetas;no he venido a abrogarla,
sino a consumarla.” (Mt 5,17), decía Jesús.
Tras veintisiete años y medio de apariciones
en Medjugorje también hoy nosotros pode-
mos ver que Dios se revela a través de ins-
trumentos que El libremente escoje, como
en el caso de los videntes; sin embargo, el
mensaje que ellos transmiten puede hallar
cumplimiento sólo si toma cuerpo en noso-
tros. En cada mensaje debemos descubrir
algo que nos vincule y ante el cual no pode-
mos permanecer indiferentes.
Mientras la humanidad miraba con preo-
cupación su futuro y escuchaba con temor
las noticias trágicas sobre la situación incier-
ta del mundo, el Cielo anunció ¡Paz!, como
han testimoniado los videntes los primeros
dias de las apariciones. ¿Quién no se siente
vinculado a esta palabra? ¿Quién es el cre-
yente, si es de verdad creyente, que no se
sienta llamado a despertar en sí todo el dina-
mismo de este mensaje? ¿Y quién es el que
no sabe que la paz del mundo puede venir
sólo de Dios? Nuestro compromiso es aco-
ger ésta palabra y darle vida. ¡No tardemos!
Tommaso di Francesco
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