Mensaje, 1 de noviembre de 1984


¡Queridos hijos! Hoy los invito a renovar la oración en sus casas. Los trabajos del campo han terminado. Ahora dedíquense a la oración. Que la oración ocupe el primer lugar en sus familias. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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