Mensaje, 14 de febrero de 1985


¡Queridos hijos! Hoy es el día en que acostumbro dar un mensaje para la parroquia, pero no toda la parroquia acoge mis mensajes ni los vive. Yo estoy muy triste y deseo, queridos hijos, que ustedes me escuchen y vivan mis mensajes. Cada familia debe orar unida y leer la Biblia. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

`