Mensaje, 9 de mayo de 1985


 
¡Queridos hijos! No, ustedes no están conscientes de las gracias que Dios les regala. En estos días, en los cuales el Espíritu Santo está obrando de manera particular, ustedes lamentablemente no se dejan mover. Sus corazones están volcados en las cosas materiales y éstas los absorben. Vuelvan sus corazones a la oración y pidan que el Espíritu Santo se derrame sobre ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

`