Mensaje, 14 de agosto de 1986


¡Queridos hijos! Los invito a hacer que su oración sea un encuentro gozoso con el Seor. Yo no podré guiarlos, mientras ustedes mismos no sientan gozo en la oración. Yo quisiera guiarlos día a día cada vez más a la oración, pero no deseo obligarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

`