Mensaje, 25 de abril de 1995


¡Queridos hijos! Hoy los invito al amor. Hijitos, sin amor no pueden vivir ni con Dios ni con el hermano. Por eso, los invito a abrir sus corazones al amor de Dios que es tan grande y abierto a cada uno de ustedes. Dios, por amor al hombre, me ha enviado a ustedes para mostrarles el camino de la salvación, el camino del amor. Si ustedes no aman primero a Dios, tampoco serán capaces de amar al prójimo ni a quien odian. Por eso, hijitos, oren y a través de la oración descubrirán el amor. Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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