Mensual Mensajes de Medjugorje - Ultimo de Año 1988

¡Queridos hijos! Los invito a la paz. Vivan la paz en su corazón y a su alrededor para que todos puedan conocer la paz que no proviene de ustedes sino de Dios. Hijitos, hoy es un gran día, regocíjense Conmigo! Celebren el nacimiento de Jesús con mi paz, la paz con la que Yo vine como su Madre, Reina de la Paz. Hoy les doy una bendición especial. Llévenla a cada criatura de tal manera que cada una pueda tener paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a la oración para que en la oración, ustedes tengan un encuentro con Dios. Dios Se ofrece y Se da a ustedes. Pero El desea de ustedes que ustedes respondan con libertad a Su llamado. Por eso, hijitos, encuentren durante el día un tiempo para poder orar en paz y con humildad y encontrarse con Dios el Creador. Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante Dios. Por tanto, estén atentos, a fin de que cada encuentro en la oración sea un encuentro gozoso con Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a vivir diariamente los mensajes que Yo les doy, especialmente, queridos hijos, porque deseo acercarlos más al Corazón de Jesús. Queridos hijos, hoy los invito a la oración dirigida a mi queridos Hijo Jesús, a fin de que cada uno de sus corazones sean de El y además los invito a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. Deseo que ustedes se consagren personalmente, como familias y como parroquias, de tal modo que todos ustedes le pertenezcan a Dios a través de mis manos. Por tanto, queridos hijitos, oren para que ustedes puedan comprender la grandeza de este mensaje que les doy. Yo no quiero nada para mí, sino todo por la salvación de sus almas. Satanás es fuerte y, por tanto, queridos hijitos, ustedes, por medio de la oración constante, apriétense fuertemente a mi corazón maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a todos, sin distinción, al camino de la santidad en sus vidas. Dios les ha concedido el don de la santidad. Oren, para que lleguen a conocerlo cada vez más y así ustedes podrán dar testimonio de Dios cada vez más con sus vidas. Queridos hijos, Yo los bendigo e intercedo por ustedes ante Dios para que su camino y su testimonio sean completos y se conviertan en una alegría para Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a todos a regocijarse continuamente por la vida que Dios les concede. Mis queridos hijos, regocíjense en Dios el Creador, porque El los ha creado de manera tan maravillosa. Oren para que sus vidas estén llenas de una gozosa acción de gracias que brote desde su corazón, como un río de alegría. Mis queridos hijos, den incesantemente gracias a Dios por todo lo que poseen, por cada pequeo don que Dios les ha concedido. De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito al abandono total a Dios. Todo lo que ustedes hagan y todo lo que posean entréguenselo a Dios para que El pueda reinar en sus vidas como el Seor de todo lo que tienen. Sólo así, el Seor podrá guiarlos a través de Mí hacia las profundidades de la vida espiritual. Hijitos, no teman, porque Yo estoy con ustedes, también cuando piensan que no hay salida y que Satanás reina. Yo les traigo la paz. Yo soy su Madre y Reina de la Paz. Los bendigo con la bendición del gozo, para que Dios sea todo en la vida para ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito al amor que es leal y agradable a Dios. Hijos míos, el amor lo acepta todo, aún lo que es duro y amargo por amor a Jesús que es Amor. Por tanto, queridos hijos, oren a Dios para que El venga en su auxilio, pero no según sus deseos sino según Su amor. Entréguense a Dios para que El pueda curarlos y consolarlos y pueda perdonarles todo aquello en ustedes que es un impedimento en el camino del amor. Así, Dios podrá modelar sus vidas y ustedes crecerán en el camino del amor. Glorifiquen a Dios, mis queridos hijos, con el Himno a la Caridad para que el amor de Dios pueda crecer en ustedes día a día hasta su total plenitud. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito al abandono total a Dios. Oren, queridos hijos, para que Satanás no los someta a la criba, cual semillas al viento. Sean fuertes en Dios. Deseo que a través de ustedes el mundo conozca al Dios del gozo. No estén angustiados ni preocupados. Dios los ayudará y les mostrará el camino. Yo deseo que ustedes amen con mi amor a todos: a buenos y a malos. Sólo así, el amor podrá reinar en el mundo. Hijitos, ustedes son míos: Yo los amo y deseo que se abandonen a Mí para que Yo pueda conducirlos a Dios. Oren sin cesar para que Satanás no pueda ganar ventaja sobre ustedes y para que sepa que son míos. Los bendigo con mi bendición de gozo. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Dios quiere hacerlos santos y por eso los invita a través mío al abandono total. Que la Santa Misa sea para ustedes la vida. Dénse cuenta, que la Iglesia es la Casa de Dios, el lugar donde Yo los reúno y deseo mostrarles el camino que conduce a Dios. Vengan y oren! No miren a los demás y no murmuren de ellos. Que sus vidas sean más bien un testimonio en el camino de la santidad. Las iglesias son sagradas y merecen respeto, porque Dios -que Se hizo hombre- vive en ellas día y noche. Por tanto, hijitos, crean y oren para que el Padre les acreciente su fe y después pidan lo que necesiten. Yo estoy con ustedes y me regocijo por su conversión y los protejo con mi manto materno. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! También hoy los invito al abandono total a Dios. Ustedes, queridos hijos, no están conscientes del gran amor con el que Dios los ama. Es por eso que El me permite estar con ustedes, para instruirlos y ayudarlos a encontrar el camino de la paz. Pero ustedes no podrán descubrir este camino si no oran. Por eso, queridos hijos, déjenlo todo y consagren su tiempo a Dios y Dios los recompensará y los bendecirá. Hijitos, no olviden que su vida pasa como una florecilla de primavera, que hoy es maravillosa y de la que maana no habrá quedado nada. Por eso, oren de tal forma que su oración y su abandono se conviertan en una seal en el camino. Así, su testimonio no será sólo para esta vida sino para toda la eternidad. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! También hoy deseo invitarlos a la oración y al abandono total a Dios. Ustedes saben que Yo los amo y es por amor que he venido aquí, para mostrarles el camino de la paz y la salvación de sus almas. Yo deseo que ustedes me obedezcan y que no permitan a Satanás que los seduzca. Queridos hijos, Satanás es fuerte y por eso les pido sus oraciones y que me las ofrezcan por aquellos que están bajo su influencia, para que sean salvados. Den testimonio con sus vidas y ofrezcan sus vidas por la salvación del mundo. Yo estoy con ustedes y les doy las gracias. En el Cielo, ustedes recibirán el Padre la recompensa que El les ha prometido. Por tanto, hijitos, no se preocupen. Si ustedes oran, Satanás no podrá hacer nada contra ustedes, porque ustedes son hijos de Dios y el cuida de ustedes. Oren! Que el Rosario esté siempre en sus manos como signo para Satanás de que ustedes me pertenecen. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! También hoy los invito a la conversión total, que es difícil para todos aquellos que no han escogido a Dios. Los invito, queridos hijos, a convertirse totalmente a Dios. Dios puede darles todo lo que ustedes buscan; pero ustedes acuden a Dios sólo cuando vienen las enfermedades, los problemas, las dificultades y piensan que Dios está lejos de ustedes y que no los escucha y no atiende sus oraciones. No, queridos hijos, eso no es verdad! Si ustedes están lejos de Dios, no pueden recibir gracias porque no las piden con una fe firme. Cada día, Yo oro por ustedes y deseo acercarlos siempre más a Dios. Pero no podré hacerlo, si ustedes no lo desean. Por tanto, queridos hijos, pongan sus vidas en manos de Dios. Yo los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado!
   




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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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