Mensaje, 25 de octubre de 1990


¡Queridos hijos! Hoy los invito a orar de manera especial y a ofrecer sacrificios y buenas obras por la paz del mundo. Satanás es fuerte y con todo su poder desea destruir la paz que proviene de Dios. Yo estoy con ustedes y quiero ayudarlos con mis oraciones y conducirlos al camino de la paz. Yo los bendigo con mi bendición maternal. No olviden vivir los mensajes de la paz! Gracias por haber respondido a mi llamado!
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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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